Los Sixers vivieron una temporada histórica en la pasada campaña, no solo por el 75 aniversario de la competición, sino también por la llegada de uno de los mejores jugadores de todos los tiempos y que ha supuesto un antes y un después en la búsqueda de un anillo de campeón de la NBA, para la ciudad de Philadelphia.
Llegaba a la ciudad del Amor Fraternal, con un promedio en su carrera de 25.0 puntos, 5.6 rebotes, 6.7 asistencias y 1.5 robos por partido, Harden en lo que era un claro exponente de la superestrella que necesitaba en equipo para explotar su potencial. No en vano es uno de los miembros de los 75 mejores jugadores de la historia de la NBA.
En lo que llevaba de temporada, con los Nets, Harden había promediado 22,5 puntos, 8,0 rebotes y 10,2 asistencias (segundo en la NBA) en 37,0 minutos por partido en 44 partidos (todos como titular), lo que lo convierte en el único jugador de esta temporada con tales promedios. Harden registró nueve triples-dobles, empatado en el tercer lugar en la liga esta temporada. También registró 29 dobles-dobles, empatado en la sexta mayor cantidad en la liga esta temporada y la mayor cantidad entre los escoltas.
Ya con los Sixers, llegó a disputar 21 juegos de la temporada regular, manteniendo el nivel de lo mostrado con Brooklyn, con un promedio de 37.7 minutos en pista y una media de 21 puntos de media, así con promedio de acierto en tiros de campo por encima del 40 por ciento, un 32.6 por ciento de acierto en triples, y 10.5 asistencias de promedio.
Ya en la postemporada jugó los 12 juegos que disputó, siempre como titular, subiendo su promedio de minutos en pista a los 39.9 minutos de media, para un total de 18.6 puntos de promedio, un acierto en tiros de campo que siguiendo estando ligeramente por encima del 50 por ciento y en triples subió su acierto hasta el 36.8 por ciento, y llevando su media de asistencia a las 8.6 por encuentro.
Unos números que hacen ser optimistas de cara al futuro, pero con la referencia de poder llegar a subir sus números a los niveles que exhibiese en las postemporadas de 2109 y 2020, donde llegó a tener unos promedios anotadores en torno a la treintena de puntos.
Y aunque en Philadelphia no recaiga sobre él la presión de tener que liderar la ofensiva del equipo, a esos niveles, que pueda asemejar su juego a lo que llegó a demostrar en Houston, sería un factor determinante que acercaróa a los Sixers al ansiado anillo, que no llega a Philadelphia desde hace 40 años.
Esa es la clave, llegar en plena forma de juego y química, al momento clave de la temporada, que es la postemporada, pasando por una larga de temporada regular, que servirá de base para lo que vivamos en playoffs, y luego arrasar en la búsqueda de un anillo que se resiste para Philadelphia, por un largo periodo de tiempo.
Si alguien puede volver al nivel que tuvo y ser esa pieza angular del proyecto que tanto ansiaábamos en Philadelphia, ese es Harden. El Harden que es tres veces campeón de anotaciones de la NBA (2018-20), uno de los cuatro jugadores en la historia de la liga que tiene varias temporadas con un promedio de al menos 20 puntos, cinco rebotes y 10 asistencias. Los únicos otros jugadores que lo han hecho más de una vez son Russell Westbrook (cinco veces) y los miembros del Salón de la Fama Magic Johnson (tres veces) y Oscar Robertson (cinco veces). Su promedio de 36.1 puntos por juego en 2018-19 fue el segundo más alto de cualquier jugador desde el comienzo de la temporada 1970-71, solo detrás del promedio de 37.1 del miembro del Salón de la Fama Michael Jordan en 1986-87.
La ilusión en Philly por Harden sigue intacta hoy, como el primer día de su llegada a la ciudad del Amor Fraternal. Se sueña que su estancia en Philadelphia será sinónimo de anillo para Philadelphia. El sueño sigue intacto.
Hasta pronto desde España.