featured-image

Eterno Kobe

Por Miguel Ángel Martín, Columnista de Sixers.com

Es el artículo que nadie querría escribir. Kobe fue más que un mito del deporte, representó el deporte en sí mismo, representó la NBA en un momento clave de su historia y ahora que nos ha dejado, nos damos cuenta que siempre estará con nosotros, porque Kobe ya era eterno.

Reconozco que cuando leí la noticia no la creí. Supuse en un principio que sería uno de los muchos bulos que recorren internet, pero la fuente era fiable y se me hizo un nudo en el estómago. En ese momento tenía que conducir con mi familia de regreso a casa, así que pensé que al llegar a casa podría mirar algo más y pensaba que tal vez, si había habido un accidente, él y el resto de pasajeros podría haberse salvado, como en otras ocasiones ha pasado en accidentes de helicóptero.

Pero al llegar a casa, le dije a mi esposa que mirase la hora en mi móvil y lo que me respondió sepultó mis esperanzas: “Te han mandado un mensaje… parece que es verdad”. Peor aún cuando me enteré del fallecimiento de su hija Gianna Maria y más tarde del fallecimiento de más menores en el accidente. Esto, como padre, te afecta muy duramente.

A todos nos duele mucho pensar en la marcha de Kobe, pero nos hiere especialmente las imágenes de Kobe con su amada hija. Vuelvo a decir que es duro, pero como padre, me duele especialmente.

Kobe para mí representó el icono de la NBA de toda una época. Una complicada, ya que tras la retirada de Michael Jordan y con la década dorada de los 80 ya lejana, parecía que la NBA luciría con menos brillo. Pero nada más lejos de la realidad. Kobe Bryant logró que la NBA, en las dos décadas que disputó en la mejor liga del mundo, reluciera más que nunca y justo en la época de mayor globalización de la NBA.

Fue un icono del deporte universal. No hacía falta ser aficionado del baloncesto, o del baloncesto en general para conocer a Kobe Bryant. Era de esas personas que trascienden más allá de la actividad que ejercen y se universalizan.

Una figura que atraía a todos y que no podía dejar de caerte simpático, aunque no fueses de los Lakers. Yo vía Kobe Bryant ganar unas finales de la NBA a los Sixers y ganar dos oros olímpicos a España, y sin embargo no podías dejar de ver ilusión y pureza en su sonrisa, y su juego enamoraba, aunque te derrotara.

Deja un legado increíble en la NBA y una imagen impresionante, con su sonrisa, que ahora se nos clava en el alma, cada vez que vemos una foto suya. Nos duele ver su sonrisa, porque sabemos que no la volveremos a ver.

Sin embargo, Kobe es eterno. Nos ha dejado, pero estará con nosotros siempre, con el increíble baloncesto que nos legó (dos décadas doradas de NBA) y por una forma de ser y disciplina, que debe de ser ejemplo para los jugadores de hoy en día y para el futuro.

Lo eligieron los Charlotte Hornets en el draft de 1996 con el número 13, pero no deja de ser anecdótico, ya que pasó toda su vida deportiva en la mejor liga de mundo, como un Laker.

Este jugador nativo de Philadelphia, ganó tres anillos de la NBA en los albores de la década de los 2000, ganando a los Pacers en el 2000, los Sixers en 2001 y los Nets en 2002, junto a su gran compañero de aquellos años Shaquille O’Neal.

Después llegarían dos anillos más en el ocaso de esa década, ganando en 2009 a los Magic y a los celtics un año más tarde, esta vez teniendo como gran compañero a su gran amigo Pau Gasol. Además logró llevar a sus amados Lakers a otras dos finales de la NBA, cayendo en 2004 ante los Pistons y cayendo en 2008 ante los Celtics. Eso sin contar que lideró a los Estados Unidos a ganar dos oros olímpicos (Beijing 2008 y Londres 2012), en una época difícil para el equipo americano que había dejado escapar dos oros consecutivos en citas internacionales (el oro olímpico de Atenas 2004 y el oro mundial de Japón 2006).

En 20 años anotó 33.643 puntos. En el momento de su retirada, solo Kareem Abdul Jabbar y Karl Malone habían encestado más. Es el máximo anotador de la historia de los Lakers y en 11 temporadas fue elegido en el mejor quinteto de la NBA. Nadie lo ha superado por ahora. En 2008 fue el MVP de la temporada regular y en 2009 y 2010 de las finales.

La mejor actuación individual de su carrera fue el 22 de enero de 2006 cuando hizo 81 puntos (55 en la segunda parte) en el Staples Center contra los Toronto Raptors, en la que es la segunda mejor anotación de la historia de la NBA después de los 100 puntos conseguidos por Wilt Chamberlain en 1962 ante los New York Knicks vistiendo la camiseta de los Philadelphia Warriors.

Lejos de las canchas, y más allá del Oscar de Hollywood que logró por “Dear Basketball”, mi mejor recuerdo de Kobe fue verle con la camiseta verde de los Eagles, cuando el equipo de Philly jugó la Super Bowl ante los Patriots. En esos momentos toda la ciudad estaba excitada con la posibilidad de ver ganar a los Eagles su primera Super Bowl y ver a Kobe animar así al equipo de su ciudad natal, fue genial. Era uno de los nuestros.

Y es que ha ido uno de los nuestros, era de todos, porque era universal. Precisamente por eso, es también eterno. Es por ello que seguirá con nosotros para siempre.

Descansen en paz Mamba, Gianna y el resto de víctimas del accidente.

Hasta pronto desde España.