Por Miguel Ángel Martín, Columnista de Sixers.com
Los Sixers sin Joel Embiid, habían sufrido en el Sur de Florida, sin poder ganar en ninguno de los dos primeros juegos de la serie. Con una situación delicada, los Sixers regresaban a nuestra casa en el Sur de Philadelphia con la obligación de vencer y con la incógnita de no conocer si podríamos ver en la pista a Joel Embiid, buque insignia de estos Sixers y el verdadero MVP de la temporada del 75 aniversario de la NBA.
Todo salió bien para los Sixers. Regresó Embiid, enmascarado para proteger su rostro, por la fractura sufrida en Toronto, y con el equipo local demostrando una defensa férrea, que no permitió a los Heat sumar más que 34 puntos en los dos primeros cuartos. Eso sin contar que limitaron la capacidad anotadora de los de Florida, a tan solo 14 puntos en el último cuarto.
En definitiva, y rodeado de la mística de un superhéroe que regresa a la ciudad para salvarla, Joel Embiid y la química que se creó con su regreso, guiaron al equipo en un triunfo por 99-79, que mete a los Sixers en la pelea y le devuelve la ilusión de ganar la serie y algo más.
No será sencillo el camino que resta por recorrer, para los Sixers. Pero con Embiid la sonrisa en el rostro regresa y también la Fé en un anillo, que aunque lejano, sigue siendo una opción real para este equipo… y también una imposición para conquistarlo a corto plazo.
Embiid demostró una vez más su condición de MVP, por lo que representa para este equipo, por su resistencia al dolor y su voluntad de llegar a la ciudad de Phialdephia a la consecución de un nuevo campeonato.
Estuvo ni más ni menos que 36 minutos en pista y demostró su capacidad defensiva, intemidatoria y con un 5-12 en tiros de campo (8-10 en tiros libres), logró 18 puntos y 11 rebotes, qu resultaron decisivos para el triunfo en el Juego III de la serie.
Sin embargo no fue el máximo anotador del equipo. Tyrese Maxey no logró anotar en los dos primeros periodos, pero acabó con 21 puntos, gracias a un 7-11 en tiros de campo (5-6 en triples), que le hicieron ser el máximo anotador de Philadelphia, junto con Danny Green, que también se marchó del juego con 21 puntos y un 7-9 en tiros de campo (todo lanzamientos de tres puntos), siendo otro de los artífices del triunfo de los Sixers.
James Harden siguió en la línea de estar cerca de la veintena de puntos anotados (acabó con 17 y un 4-11 en tiros de campo), y tuvo 7 pérdidas de balón. Todo ello mejorable, pero tiene capacidad para aportar mucho al equipo, ahora que son momentos decisivos para las aspiraciones de anillo del equipo.
Todavía queda mucho trabajo por delante, pero la reacción ha llegado en el momento justo y las esperanzas vuelven, del mismo modo que cuando en una película regresa el héroe a la batalla. La situacion sigue siendo complicada, pero piensas que puedes ganar y ese el primer paso para lograrlo.
Superhéroe Embiid, al rescate.
Hasta pronto desde España.