Por Miguel Ángel Martín, Columnista de Sixers.com
Los Sixers están cerca de vivir una de las postemporadas más importantes de los últimos años, sin duda una de las más ilusionantes, a la par que difíciles. Ilusión por un anillo, que se más cerca que nunca, desde la era de Iverson en los Sixers, y más complicada que nunca, por la tremenda igualdad que se plantea en la postemporada con Heat, Bucks, Nets, Celtics o los propios Sixers soñando con las Finales de la NBA, y con buenas razones para ello.
Y es que la gran temporada de Joel Embiid, más que serio candidato al MVP de la temporada, unida a la llegada de James Harden, han disparado las esperanzas de los fanáticos de los Sixers. Pero hay otro elemento clave que será fundamental para los Sixers en esta postemporada y también de cara al futuro, por el gran potencial que está mostrando Tyrese Maxey.
Maxey se está poniendo el traje de estrella de los Sixers, y con su juventud, se está erigiendo en uno de los pilares de los Sixers, de cara al futuro, mirando más allá de Joel Embiid, que es obvio que es y seguirá siendo la piedra angular del proyecto de los Sixers.
Pero con la llegada de James Harden, la figura de Maxey no solo no se ha eclipsado, sino que además se ha reforzado hasta un nivel muy ilusionante. Muchos podrían pensar que entre Harden y Embiid, se podría acaparar casi todo el ataque de los Sixers y que el resto trabajaría para los esquemas ofensivos, diseñados para ellos. Pero Maxey y el propio Harden, han demostrado que se han acoplado a la perfección y que Harden ha contribuido en el crecimiento de la joven estrella del equipo de la ciudad del Amor Fraternal.
Los números hablan por sí solos. Mientras que antes del Juego de las Estrellas, Maxey ya destacaba dentro del juego de los Sixers, con una media de 16.9 puntos, 3.5 rebotes, 4.6 asistencias y un porcentaje de acierto en tiros de campo del 46.9 por ciento.
Una vez llegó James Harden, Tyrese Maxey desplegó su faceta ofensiva, logrando un crecimiento en su presencia en los esquemas ofensivos de los Sixers, y logró aumentar su promedio en puntos por partido (19.6 puntos de media) y con un aumento hasta el 55.2 del porcentaje de acierto en tiros de campo y un aumento en porcentaje de acierto en triples del 39 por ciento, hasta el 48.6 por ciento. Unos números magníficos y que serán muy importantes para el devenir de los acontecimientos de los Sixers en la postemporada.
Y es que con la presencia del potencial ofensivo y defensivo de Maxey, los Sixers no solo presentan una gran dupla Embiid-Harden de cara a pelear por el anillo, sino que presentan para la batalla en la postemporada, a un gran Big Three.
Todo esto nos hace ser más optimistas de cara a lo que podremos ver en los Playoffs, pero también nos deja buenas sensaciones de cara a poder pensar en el futuro. Tras años en los que se apostó por otro tipo de base en el seno de los Sixers, Maxey ha tomado el relevo en la dirección de juego y la apuesta es prometedora.
Tan prometedora es, que incluso con la llegada de Harden (que acumula muchos segundos con el balón en sus manos, en cada ataque), su aportación en el juego de los Sixers, se ha visto incluso revitalizada y con su figura potenciada.
Habrá que seguir muy de cerca su figura y su aportación en esta postemporada, ya que será vital en las opciones reales de los Sixers, de cara a la lucha por el anillo y no deja de ser un soplo de aire fresco, para pensar más allá de lo que pueda ocurrir en este 2022.
Hasta pronto desde España.