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Alex Caruso, Joey Buss, y la importancia de la G League

LAS VEGAS – La Liga de Verano en Las Vegas es un ambiente como pocos.

Dentro de los confines del complejo que alberga al Thomas & Mack Center y el Cox Pavilion se puede encontrar a figuras de la talla de Gregg Popovich y Steve Kerr, fanáticos rabiosos que conocen cada detalle del plantel de los equipos rivales, y un sinfín de jugadores buscándose la vida en partidos de 40 minutos.

La ansiedad es lo que sobra. Referís tensos y de silbato fácil, adolescentes nerviosos tratando de justificar su posición el Draft, entrenadores en ascenso que buscan un día llegar a ser los dueños de la pizarra, y veteranos que llevan en sus hombros la presión de saber que este podría ser su último tren.

La noche del lunes tuvo muchos protagonistas, pero ninguno brilló más que un tal Alex Caruso, quien por una noche hizo olvidar al mismísimo Lonzo Ball. Y por ende, también el hombre responsable de darle un cupo en el equipo veraniego de los Lakers.

Joey Buss, uno de los propietarios de la organización púrpura y dorada, y Presidente de los South Bay Lakers – el equipo de la NBA Gatorade League – viene subiendo poco a poco en consideración gracias al éxito de la franquicia en las ligas menores del baloncesto, y a cómo van alimentando el desarrollo y fomentando el camino de jugadores jóvenes hacia el club mayor.

Caruso, un armador de 24 años que no fue seleccionado en el Draft de 2016 tras una sólida carrera colegial en Texas A&M, llamó la atención de Buss y compañía la temporada pasada desde la vereda de enfrente.

“Caruso fue un armador elite el año pasado en la G League con el equipo de ligas menores de Oklahoma City Thunder”, resaltó. “Queríamos traerlo aquí y ver qué podía hacer, y lo vimos esta noche”.

Vaya si lo vimos. Caruso explotó con 18 puntos y nueve asistencias, conectando sus primeros cuatro triples de la noche y aportando además cuatro rebotes, cuatro robos y un tapón fundamental.

“No habíamos visto mucho de ese nivel por parte de él”, reconoció el entrenador Jud Buechler. “Jugó bien en el campamento, pero eso fue material del siguiente nivel.

Estaba yendo contra (De’Aaron) Fox, realmente compitiendo contra él y controlándolo, y estoy muy feliz porque el chico trabajó muy duro y mejoró esta noche”.

Los elogios de sus compañeros no se hicieron esperar.

“Caruso es un gran jugador, lo conozco de la D-League”, dijo David Nwaba. “Es un gran armador, y tuvimos buena química, conectando en los cortes al canasto”.

“Jugó fantástico”, aseguró Thomas Bryant. “Jugó fantástico. Le doy crédito, fue un (animal) ahí”.

El propio Caruso se mostró satisfecho.

“Estoy orgulloso de mi mismo, obviamente, de haber salido y actuado así, pero he estado jugando a un alto nivel desde la universidad”, dijo el armador. “Obviamente es un nivel más alto, con jugadores mucho mejores, pero el 90 por ciento de los jugadores que vi hoy en la cancha los he enfrentado, o los he visto jugar antes. No es falta de confianza o miedo a enfrentarlos, porque estamos todos en este escenario”.

Su noche personificó el sueño de la mayoría de los jornaleros en la cita de Las Vegas.

“De eso se trata la Liga de Verano, de encontrar un equipo dispuesto a darte una oportunidad, y aprovecharse de ella”, explicó. “Historias como las de este juego es lo que resumen lo que es la Liga de Verano. Estoy feliz de haber tenido la oportunidad y de aprovecharla”.

La consagración del base también fue motivo de orgullo para los que trabajan incansablemente en la G League.

“La meta No. 1 del equipo de ligas menores es ganar campeonatos y desarrollar jugadores para los Lakers”, reconoció Buss. “Entonces haremos eso, y nos enfocaremos en juventud, los jugadores que sean atléticos, que puedan disparar, y correr la cancha. Cuando tienen chances, los jugadores de la G League realmente saben jugar y espero que todos lo hayan visto esta noche”.

Caruso no es el único ejemplo. El mismo Nwaba, quien pasó en un año de pagar para hacer una prueba con los ex D-Fenders a conseguir un contrato multianual con los Lakers, es otra de las historias de éxito de la organización.

Ni hablar de Travis Wear y Vander Blue. Este último viene de ser nombrado el Jugador Más Valioso de la G League defendiendo la camiseta de los ahora South Bay Lakers.

“Siento que me he desarrollado tremendamente”, confesó el escolta. “La organización entera de los Lakers trabajó conmigo dentro y fuera de la cancha, ayudándome a convertirme en una mejor persona dentro y fuera, y todo se está dando. Han sido un par de años difíciles para mí, pero no los cambiaría por nada. Amo mi camino, y siento que para llegar al lado más brillante hay que ver días oscuros. Ahora estoy tratando de luchar, mantener la cabeza arriba del agua y rezar por lo mejor”.

Blue, quien lideró la victoria de los Lakers con 21 puntos y varias canastas cruciales sobre el final del duelo, ya tuvo un breve paso por la NBA y siente que está listo para dar el salto.

“Quiero seguir mostrando consistencia”, avisó. “Sin importar el rol que tenga, quiero jugar lo más duro que pueda y ayudar al equipo a ganar, ya sea defendiendo, metiendo tiros, o siendo el compañero que algunos equipos están buscando. Estoy tratando de mostrarle a todos, todos los días, quién soy como persona y como jugador, y tratando de mejorar todos los días”.

Blue, Caruso, Wear y compañía son también firmes candidatos a quedarse con uno de los dos nuevos contratos duales que permite la NBA desde esta temporada.

“Para los contratos duales, nuestra meta es evaluar a todos los jugadores del equipo de Liga de Verano, y también a lo largo de nuestro campamento de entrenamientos”, dijo Buss. “Queremos tener a los muchachos que encajen mejor, y a los más talentosos para esos (contratos) duales”.

El sueño está al alcance de la mano. Olvidados por el Draft, revividos por la G League y catapultados por la Liga de Verano, estos talentos marginados continúan demostrando que están a la altura.

Todo lo que necesitan es una oportunidad.