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Conociendo a Moe Wagner

NOTA ORIGINAL DE MIKE TRUDELL

Con la selección No. 25 de la primera ronda del Draft 2018, los Lakers seleccionaron al alemán Moe Wagner de la Universidad de Michigan.

El comienzo de la temporada se complicó por una lesión en la Liga de Verano que lo obligó a perderse la mayoría del campamento de entrenamientos, y él apenas recién se convirtió en parte de la rotación de Luke Walton.

El joven ha mostrado algunas señales interesantes últimamente, y lo que estamos viendo tiene paralelos con el que fue su año de novato con los Wolverines, cuando no jugó demasiado.

Nos sentamos con Wagner para hablar de sus primeros recuerdos del baloncesto, de cómo el fútbol impactó su juego, lo que aprendió en la secundaria Gymnasium en Berlín, cómo llegó a Michigan, lo que piensa de su temporada de novato como Laker y más.

Esta es una transcripción de esa conversación con Mike Trudell:

MT: ¿Cuáles son tus primeros recuerdos del baloncesto de joven en Alemania?
Wagner: Yo empecé jugando al fútbol. Apasionadamente. Amaba el fútbol. Era muy bueno. Cada mañana, los sábados y domingos, jugaba a las 9 a.m., y es muy popular en Alemania obviamente. Pero en algún momento, mi mamá quería que probara algún deporte de gimnasio. El hándbol es muy popular, y mi papá jugaba hándbol o baloncesto. Realmente nunca quería ir porque amaba al fútbol, pero luego probé el baloncesto cuando tenía ocho años, y se me hacía fácil pese a que realmente no estaba muy involucrado. Era bueno en eso, pero no quería jugarlo, y mi mamá me seguía enviando. Eventualmente, me di cuenta que es mucho más divertido si eres tan bueno en algo. Se me hacía más fácil que el fútbol, así que me quedé. Hice los dos durante más de dos años, y luego en la secundaria – que empieza más temprano en Alemania, a veces en el quinto grado – y tuve que decidir quedarme en el baloncesto.

MT: El fútbol siempre va a ser rey en Alemania y Europa, pero pareciera que el básquet está creciendo.
Wagner: El fútbol era una parte gigante de mi vida. Mi hermano (Franz) y yo siempre jugábamos al fútbol. Luego, de repente, jugábamos al básquet. Es graciosa lo rápida que fue esa transición. Él es cuatro años y medio más joven que yo, pero hacíamos todo juntos. Siempre nos llevamos bien. Me doy crédito por que él sea bueno en el baloncesto ahora, porque siempre le pateaba el trasero y nunca le tuve piedad en nada de lo que hacíamos.

MT: No creo que sea injusto asumirlo, pero ¿tus padres son altos?
Wagner: Si, mi mamá mide 6’1 y mi papá 6’4 o 6’5. Le doy a mi mamá mucho crédito, porque ella me dio la oportunidad de probar el baloncesto, y me obligó un poquito pese a que no quería. Siempre bromeo que lo hizo porque no quería estar parada afuera en la lluvia y verme jugar al fútbol, algo que es entre 50 y 80 por ciento verdad. Pero el otro 50 por ciento es que ella quería que jugara un deporte en el que tenía un beneficio físico, al ser tan alto.

MT: Cuando empezaste a jugar al básquet a los ocho años, ¿tuviste éxito desde el comienzo, o te tomó un tiempo?
Wagner: No, fue bastante rápido. Me divertía mucho, y jugaba contra chicos de todas las edades. Mi primer juego de básquet fue después de un juego de fútbol que era por la mañana. Y luego maneamos a la parte sur de la ciudad con mi papá a jugar el partido de básquet.

MT: Otra predicción: Dirk Nowitzki tuvo un gran impacto en todos los jugadores jóvenes de baloncesto alemanes. ¿Verdad?
Wagner: No hasta más adelante (para mí). Me tomó un tiempo hasta que me lo tomé con seriedad para decir, ‘OK, hay que ir a la NBA’. Para ser honesto, los Celtics…con Kevin Garnet…decirlo como Lakers es un poquito…pero de niño, Kevin Garnett era mi jugador favorito. No sé por qué, pero probablemente porque está loco. Era mi favorito absoluto. Me regalaron una camiseta para Navidad, y allí empezó el fanatismo, y luego me metí en la NBA. Mi primera revista de baloncesto fue cuando LeBron perdió en las Finales contra San Antonio Spurs en 2007. Leí esa revista (“Basket”) ocho veces de punta a punta.

MT: ¿Cómo seguiste evolucionando en tu juego?
Wagner: En (Berlín), puedes elegir una secundaria que empieza en quinto grado o en séptimo, y para mi fue quinto. Así que cambié de escuela, y mis padres dijeron que tenía que decidir entre jugar baloncesto o fútbol. Me quedé con el baloncesto porque predije que sería muy alto, y con eso había mucho potencial, y mucho a lo que no había llegado todavía. Y salió bastante bien.

MT: En algún momento hablé con Steve Nash y Kobe Bryant sobre como su conocimiento del fútbol les ayudó en el baloncesto. ¿Haz notado eso?
Wagner: Es una gran pregunta. Creo que definitivamente me ayudó a ser un poco más ágil con los pies. No es que sea el interno más liviano, pero en el juego de pies en general. El trabajo en habilidades europeo definitivamente me ayudó con eso.

MT: ¿Cuándo fue la primera vez que un entrenador realmente te empujó?
Wagner: Tuve un par. Mi primer entrenador, Marius Huth, tuvo un gran impacto sobre mí, porque trabajó conmigo cuando era chico, y siempre hacía faltas. No encontraba la forma de apagarlo. Siempre iba, y estaba loco, le pegaba a la gente, me frustraba si no metía una bandeja. Luego jugaba defensa estúpida o hacía faltas porque estaba muy frustrado. Me dijo algo una vez y se me quedó para siempre: no hay nadie que pueda frenarme aparte de mí. Me lo dijo a una edad joven, y todavía lo creo.

MT: ¿Cómo funciona el sistema educativo en Berlín?
Wagner: Va de quinto grado al 12…Yo me salteé el octavo. Hay un programa de escuela en el que toda la clase, los 30 la salteamos juntos, y los profesores nos pusieron a la mitad de nosotros en 9no, y a la mitad en 7mo. Fue tonto. Pero terminé la escuela a los 16, 17, así que me ayudó con el básquet. Mi escuela era Rosa-Luxemburg Gymnasium (Gymnasium es secundaria) en el Este de Berlín. Rosa Luxemburg es muy famosa – ella era una marxista (polaca), muy fanática de la libertad. La gente en el Este la ama. Es un gran símbolo.


MT: Estuve en Berlín en 2006, y sentí una gran diferencia yendo del Oeste al Este. ¿Cómo dirías que la caída del Muro de Berlín impactó a los niños creciendo ahí?
Wagner: Mi mamá es del Alemania Occidental, y mi papá de Alemania Oriental. Es bastante interesante de ver. Se ve en cosas simples como la comida. Mi mamá usa más (comida e ingredientes), y para mi papá, con menos se hace más. Así es como fueron criados. Eso me ayudaron a reflexionar sobre diferentes perspectivas de vida. Ahora me doy cuenta que debido a que mis padres crecieron de maneras tan diferentes, que puedo ver diferentes perspectivas de las cosas.

MT: Hoy, Alemania parece ser uno de los lugares más liberales de Europa, tomando un rol de liderazgo en temas como inmigración y estar abiertos a diferentes perspectivas. ¿Eso se remonta a las guerras mundiales?
Wagner: Hay mucho de historia alemana (en la escuela), especialmente ya que hay una cierta responsabilidad siendo alemán. Debes conocer la historia de tu país, porque es muy delicada y frustrante. Saliendo al mundo, debes saber lo que pasa. Te enseñan eso. Es muy liberal, y me gusta eso porque crecí de esa manera. Hay gente que no está de acuerdo porque no se le ocurre una solución, porque todos discuten pero no hay uno que tenga soluciones, pero solo toma un poco más. Pero creo que es fantástico.

MT: Ok, volviendo a al baloncesto. ¿Cuándo te empezó a ir bien? ¿Recibiste cartas reclutándote de universidades norteamericanas, o consideraste hacerte profesional en Europa?
Wagner: Estaba jugando profesionalmente con Alba Berlín, no con Gymnasium. Ese también es el equipo profesional, y jugué en todas las categorías e iba subiendo. Nunca recibí cartas de reclutamiento. Practiqué con un par de jugadores en un gimnasio en frente de un asistente de Columbia una vez, y ahí fue donde todo empezó. Quería cortar mi propio video, mandárselo a los contactos, y (John) Beilein (entrenador de la Universidad de Michigan) lo recibió. Gracias a Niels Giffey, no sé si conocen el nombre, pero es de Berlín y fue a UCONN, y Coach Beilein lo reclutó, y ya estaba la conexión. Así que le mandé el video, y le gustó mucho. Fui afortunado”.


MT: ¿Entonces Michigan respondió?
Wagner: Coach Beilein respondió personalmente, y ni siquiera vi el correo durante como dos semanas. Luego mi entrenador me dijo que revise mi correo, y ahí estaba en la bandeja de correo no deseado. Le respondí de inmediato. Me sentía muy mal. Él estaba muy (interesado), quería conocerme y todo eso. Fue muy bueno reclutando.

MT: ¿Cómo terminaste decidiendo venir a la NCAA en lugar de quedarte jugando profesionalmente en Alemania o Europa?
Wagner: Hay muchas razones, pero más que nada, era que me hubiera odiado si al menos no lo intentaba. Puedo decir que quería tener una experiencia diferente, una cultura diferente, un idioma diferente, todo eso…pero la NBA era mi meta principal. Siempre me dije, que si fracasaba y no funcionaba, siempre podía regresar. Pero de la otra manera no funciona. No puedo (jugar profesionalmente) en Europa, y luego ir a la universidad en dos años. Ese fue mi último punto de decir, OK, hagámoslo.

MT: Así que lo hiciste funcionar de esa manera…otros chicos europeos juegan profesionalmente y luego eventualmente llegan a la NBA.
Wagner: Si, depende de persona a persona, y de la oportunidad. Para mí, Michigan era la situación perfecta. No era entre ir a la universidad o quedarme como profesional, era entre ir a Michigan o quedarme en Alba Berlín. Michigan me ayudó muchísimo con ese sistema, con Coach Beilein, y toda la cultura que tienen ahí.


MT: ¿Cuál fue la primera vez en Michigan que sentiste que pertenecías, y que tendrías un camino hacia la NBA?
Wagner: De inmediato. Me di cuenta, ‘OK, puedo hacerlo’. No jugué mi primer año, y no me gustó, y me quería ir a casa. Pero no odiaba la universidad, odiaba no jugar. Extrañaba mucho, mis amigos, mi familia. Y tras mi primera temporada, me dije, ‘Voy a poner todos los huevos en esta canasta’, y me fui a casa por cinco semanas, me relajé, y volví para la primavera y la escuela de verano, y entrené todos los días. Me dije, ‘voy a patearle el trasero a todos’ cuando regrese, y eso hice. Me salió bien.

MT: Luego fuiste titular en todos los partidos tus siguientes dos temporadas, y llevaste al equipo al Final Four en la tercera…
Wagner: Le gané a un compañero por un puesto como titular en mi segundo año. En la universidad, depende la pretemporada. Si te va bien en la pretemporada…es muy diferente (a la NBA). Pero tuve una buena pretemporada, para la que me preparé y trabajé todo el año, y luego tuvimos una buena temporada. Desafortunadamente nos quedamos cortos en el Sweet 16. Luego, el año siguiente, pensé que iba a ir a la NBA, pero el tema de crecer – no quería pagar las cuentas todavía, y todas esas cosas, y me quedé en la universidad un año más.

MT: Te lesionaste en la Liga de Verano tras ser elegido por los Lakers, y realmente no fuiste capaz de hacer nada en la pretemporada, algo que dijiste que era súper importante en la universidad…
Wagner: Si, mi lesión, fue horrible. Tuve esta conversación con un compañero el otro día. Fue horrible venir con la lesión, pero creo que en un par de años voy a poder mirar hacia atrás y decir, ‘fue bueno poder llegar y verlos a todos’. Pero fue horrible en el momento el no poder jugar con ellos y demostrar que merecía estar ahí. Tuve que esperar y mirar. Y me tomó una eternidad. Fue un poco como la experiencia de mi año de novato (en la universidad). Piensas que estas listo, y te mataste trabajando, pero luego no tienes la chance, algo que no es culpa de nadie, sino que es como es. No te puedes quejar, no deberías quejarte, solo seguir adelante. Así es como son las cosas. Y luego de repente, tienes tu chance. Debes aprovecharla. Así que así fue mi año de novato, y esa experiencia me ayuda mucho ahora, tratando de entender que es todo parte de eso. Tener un buen verano, y ver lo que pase el año que viene. Me siento 100 por ciento de nuevo. Podría agregar algo de atletismo, pero eso es lo usual al final de la temporada, lo de sentirse cansado en las piernas, y puedes entrenar en el verano y mejorarlo.