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La mejor noche de Ingram no tapó los errores ante Sixers

LOS ÁNGELES – Fueron 12 minutos para el olvido, y 36 (minutos y puntos) para recuperar la fe.

Los Lakers padecieron a la mejor versión de los Sixers en el primer cuarto, y no lograron recuperarse del golpe inicial hasta que ya era demasiado tarde.

Así fue como los visitantes, con Joel Embiid a la cabeza, pegaron primero y pusieron contra las cuerdas a los dirigidos por Luke Walton. La diferencia entre un equipo y otro fue abismal, y los laguneros lo manifestaron con un primer parcial en el que cometieron nueve pérdidas y permitieron 21 puntos en contragolpe.

Los gritos de Walton eventualmente surgieron efecto, pero no sin antes que el pozo alcanzara los 21 puntos. El resto del camino fue otra historia, con los Lakers vendiendo cara la derrota con un esfuerzo gigante a lo largo de los siguientes tres cuartos.

“No nos recuperamos del primer cuarto”, resumió el entrenador. “Quedé realmente contento con como peleamos en el segundo (periodo). La energía que trajimos, el nivel de competitividad con el que jugamos”.

Una parte importante de esa recuperación llegó de la mano de Brandon Ingram, quien asimiló las críticas de Walton durante el partido y se erigió como la gran figura del equipo.

“Fue fantástico a partir de la mitad del primer cuarto”, señaló Walton. “Los muchachos tuvieron pérdidas descuidadas al comenzar el partido, pero para mí eso muestra mucho crecimiento. Que puedo caerle y gritarle por algo, y que luego pueda volver a enfocarse y continuar siguiente el plan de juego y elevar su nivel con el correr del partido”.

Ingram disparó un impresionante 16/20 de cancha – 80 por ciento en sin tomar siquiera un solo triple.

Su efectividad de media distancia fue letal, y le permitió llegar a 36 puntos para establecer una nueva mejor marca personal en la NBA.

El producto de Duke lideró un parcial de 16-0 en el segundo cuarto que emparejó el partido, obligando a Philadelphia a batallar el resto de la noche en un partido que no pudieron definir hasta los últimos minutos del cuarto periodo.

Y es que los Lakers, a partir de allí, ajustaron su defensa y dieron pelea, dejando a los Sixers en un 45.2 por ciento en tiros de cancha que fue inferior al 47.3 por ciento propio.

“Fuimos agresivos”, explicó JaVale McGee. “Empezamos a cuidar la bola. Los tiros empezaron a entrar. La manera que anotaron la mayoría de sus puntos fue en transición. Nos estaban matando en transición y sumando puntos y frenamos eso un poquito”.

El pivot tuvo 17 puntos, 14 rebotes, y un par de tapones en 27 minutos desde la banca en una de sus mejores actuaciones desde que regresó de una prolongada ausencia por neumonía.

A la larga, los Lakers pagaron caro sus errores (21 pérdidas para 34 puntos, 20 faltas para 28 tiros libres), y el déficit en triples (siete contra 15 de los Sixers) fue el otro factor que justificó una derrota por 16 puntos.

Está claro que las ausencias de Lonzo Ball, Kyle Kuzma, y LeBron James se notaron en demasía.

Kuzma y James podrían regresar el jueves ante L.A. Clippers, en un duelo entre los equipos que actualmente ocupan la octava y novena posición de la Conferencia Oeste.