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Rondo volvió con un doble-doble en revés ante Minnesota

LOS ÁNGELES – Déjà vu en STAPLES Center.

Eso es lo que vivieron los Lakers el jueves por la noche, cayendo nuevamente ante la supremacía física de los Minnesota Timberwolves.

Luke Walton contó tras el partido que el equipo pasó gran parte de los últimos dos días realizando ejercicios que reforzaban el concepto del cerco reboteador. La idea era encontrar una estrategia para minimizar la presencia de Karl-Anthony Towns, Taj Gibson, y compañía en el tablero ofensivo – y así aprovechar el buen momento de la defensa propia.

Sin embargo, los Lakers defendieron como de costumbre en la primera acción de los Timberwolves, pero fallaron a la hora de culminar esas posesiones con el tan preciado rebote defensivo. Eso, en combinación con las 20 pérdidas de balón, fue suficiente para que la tropa de Ryan Saunders se escapara de L.A. con el triunfo en la bolsa.

“Teníamos un reto esta noche, y era de ser más físicos, y que eso iba a tomar mucho trabajo…desafortunadamente no hicimos eso esta noche”, se lamentó Walton.

Los visitantes generaron 34 puntos de esas 20 pérdidas, y además superaron a los laguneros por 21 puntos (34-13) en puntos de segunda jugada. Los 22 rebotes ofensivos (10 entre Gibson y el dominicano Towns) fueron la mayor cantidad permitida esta temporada – superando los 20 que les capturó Minnesota el pasado 29 de octubre.

“Estábamos frenándolos, los muchachos estaban compitiendo, pero se trata de finalizar posesiones”, recalcó Walton.

El post-partido tuvo mucha autocrítica, en un vestuario en el que el silencio denotaba una mezcla de frustración y desazón.

“No deberíamos tener excusas”, resaltó Kentavious Caldwell-Pope, que no quiso escudarse en el hecho de que Walton estrenó un quinteto titular que no tenía ni un segundo en cancha junto. “Practicamos con distintas alineaciones todos los días. Todos nos conocemos, nuestras tendencias, lo que cada uno puede hacer”.

La derrota opacó el que fue un regreso más que alentador de Rajon Rondo.

El base anotó 15 puntos y repartió 13 asistencias, dándole ejecución a un equipo que no cuenta con dos de sus mayores generadores de juego – LeBron James y Lonzo Ball.

Rondo disputó 37 minutos, y con él en cancha los Lakers fueron superados por apenas un punto.

Incluso, el partido se le fue de las manos a los Lakers en los primeros 2:29 del cuarto periodo cuando Minnesota descorchó una seguidilla de 10-0…con Rondo en la banca.

Brandon Ingram anotó 20 puntos de manera eficiente, pero solo tuvo una asistencia. Kyle Kuzma, por su parte, jugó mermado físicamente por una distensión en la cadera del partido ante los Rockets. Los triples no cayeron (8/28), se llegó poco a la línea (y con baja efectividad, 9/14), y se cometieron 23 faltas.

Eso, en combinación con la batalla perdida en los rebotes, y la elevada cantidad de errores propios, sepultó las esperanzas de concretar un triunfo que parecía posible llegando al entretiempo – en un partido en el que los Lakers dispararon 50.6 de cancha y dejaron a Minnesota en un 43.1.

“Creo que tuvieron 30 posesiones extra”, resumió Rondo. “Es difícil ganar cuando le das a un equipo tantas posesiones”.