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Lakers vencen a Timberwolves con un gran esfuerzo grupal

LOS ÁNGELES – La victoria más trabajada de la temporada.

Eso es lo que lograron los Lakers el miércoles por la noche, al necesitar un esfuerzo titánico de gran parte de su rotación para poder sobrevivir la lluvia de triples de los Minnesota Timberwolves.

Los visitantes fueron un vendaval a lo largo de toda la noche, disparando 20/40 de larga distancia, pero los pupilos de Luke Walton lograron hacer suficientes ajustes en la segunda mitad como para hacerse con un triunfo de oro.

La batalla del rebote, la disciplina para evitar excesos de faltas, y la generosidad en ofensiva fueron todos ingredientes claves. Para eso, todos y cada uno aportaron su granito de arena.

“Los dejamos en 43 puntos en la segunda mitad, y eso viene de un esfuerzo grupal”, opinó el entrenador.

El primero para destacar fue Tyson Chandler, quien firmó su contrato el martes por la tarde y debutó 24 horas más tarde tras llegar desde los Phoenix Suns. El pivot de 36 años dejó su marca a lo largo de la noche y se guardó lo mejor para el final. En el último minuto, el veterano le permitió a los Lakers tener un par de posesiones extra, y defendió a Derrick Rose en el que hubiera sido el triple de la victoria para los visitantes.

Chandler cerraría la noche con un par de puntos y nueve rebotes en 23 minutos – además de un sinfín de cortinas que ayudaron al despertar de la ofensiva a lo largo del cotejo.

“Nos sentimos libres, nos sentimos abiertos cuando atacamos”, reconoció Brandon Ingram. “Es otro activo para nosotros, poniendo grandes cortinas y teniendo a un profesional que sabe lo que hace”.

El pivot, quien creció en Compton y brilló en Dominguez HS, resumió su experiencia desde que volvió a casa.

“Han sido 48 horas locas, pero fue fantástico”, confesó. “Fue fantástico lograr la primera victoria, estar allí, ser parte (del equipo), jugar baloncesto competitivo, y ser capaz de ayudar al equipo que seguí toda mi vida”.

Ingram fue otra pieza clave en el andamiaje de los Lakers, yendo de menor a mayor y anotando un triple crucial a 4:03 del final.

“B.I. juega al mismo ritmo…B.I. juega al ritmo B.I.”, intentó explicar James. “Nadie más puede jugarlo. Es así de bueno, está así de confiado en su habilidad, y juega a su propio ritmo. Solo hay que darle la bola y dejarlo hacer lo que hace”.

Ingram terminó con 20 puntos, seis asistencias y cinco rebotes, y fue uno de cuatro jugadores de los Lakers anotando 20+.

Otros dos de ellos fueron los estandartes de la Clase 2017. Josh Hart entró promediando el segundo cuarto y levantó al equipo con su puntería exterior, cerrando la noche con cinco triples para 21 puntos – incluyendo los dos tiros libres en los últimos segundos que pusieron el partido en la nevera.

Kyle Kuzma (21 puntos) también fue de menor a mayor, encontrando su ofensiva con el correr de los minutos mientras defendía en el canasto propio a Karl-Anthony Towns – quien cerraría la noche con apenas 13 puntos en 5/16 en tiros de cancha.

Y para culminar, y aunque suene redundante, quedó lo hecho por James, quien con 24 puntos, 10 rebotes y nueve asistencias se quedó a un pase-gol de un nuevo triple-doble con la camiseta de los Lakers.

El de Akron jugó 38 minutos y también fue clave en el cierre, jugando la totalidad del último periodo y apareciendo en momentos clave – con un rebote en tráfico y un tiro en suspensión que le dio aire a los Lakers a menos de tres minutos del final.

“Sabíamos lo que nos hicieron en Minnesota, la manera que nos mataron en los tableros”, recordó James. “Por eso teníamos que ser mucho mejores esta noche para poder ganar, y lo hicimos”.

Los Lakers ganaron 47-40 en los rebotes y cometieron solo 14 faltas en el partido – para nueve tiros libres rivales. Además, el equipo repartió 32 asistencias y superó a su oponente 24-13 en puntos de contragolpe.

“La manera que jugamos en la segunda mitad es un gran ejemplo del equipo que tenemos que ser”, resumió el Walton.