EL SEGUNDO – La causa era simplemente muy cuesta arriba.
Los Lakers, quienes recibieron el año nuevo a bordo de su vuelo chárter de Delta y llegaron a Minnesota de madrugada tras 58 minutos de baloncesto en Houston, no pudieron hacerle frente al escollo que significaron los Timberwolves.
Las piernas cansadas se acusaron de inmediato, ya que los locales comenzaron el partido con un parcial de 16-0 que obligó a Luke Walton a cambiar a sus cinco titulares.
La banca, con Alex Caruso, Jordan Clarkson, Corey Brewer, Larry Nance, Jr. y Andrew Bogut le permitió al equipo responder, y fueron en líneas generales los que sacaron la cara por los angelinos a lo largo de la noche.
Los Lakers tuvieron altibajos, y en sus mejores momentos amenazaron la tranquilidad de los Timberwolves, recortando los amplios déficits a seis puntos en un par de ocasiones en la segunda mitad. Sin embargo, estos nunca fueron suficientes ante un rival veterano y en buen momento.
La producción desde la banca de Clarkson (20 puntos) y Corey Brewer (12) le puso un poco de pimienta al desarrollo, y Walton incluso recurrió a Ivica Zubac y Vander Blue en buscas de alternativas ante distintas sequías en ambos lados de la cancha.
Al final las 24 pérdidas (para 29 tantos rivales) en combinación con la baja efectividad en la pintura (40 puntos) y los tiros libres (20/29) resultaron imposibles de superar. Los Lakers compitieron durante los últimos 36 minutos de la noche, pero el déficit inicial fue un pozo demasiado profundo.
Entre los titulares, Julius Randle (15 puntos y 12 rebotes) tuvo una sólida actuación, mientras que lo ofrecido por Brandon Ingram (14 puntos) y Kyle Kuzma (seis) fue un poco más discreto.
Los Lakers regresan ahora al sur de California a jugar sus próximos cinco partidos en STAPLES Center, en una oportunidad excelente para retomar la buena senda.