featured-image

Kevin Garnett icono del pasado y presente de los Lobos

Por Miguel Ángel Martín

Columnista de Timberwolves.com

Uno de los más queridos símbolos de la historia de los Lobos de Minnesota, Kevin Garnett, seguirá por las próximas temporadas en activo, dentro de la organización. Jugará con los Timberwolves y ayudará desde dentro del vestuario, a un mayor y mejor desarrollo de los jóvenes talentos de Minnesota.

De este modo se convierte en pasado y presente de esta franquicia y un icono vital para la nueva era en la que los Lobos están inmersos.

Sin duda fue uno de los grandes protagonistas de la pasada temporada, con su regreso a Minnesota después de muchos años en los que ha estado jugando para los Celtics y los Nets. A pesar de que no ha tenido demasiadas oportunidades de poder demostrar todo lo que puede brindar a la organización, Garnett supuso un soplo de aire fresco, para un temporada en la que el futuro en la primera máxima a atender.

Su experiencia será vital para el futuro de la organización, puesto que sea en las pistas, en el banquillo o en los despachos, Kevin Garnett volvió a Minnesota para quedarse.

Los Minnesota Timberwolves comenzaron la segunda parte de la temporada con un regalo para los aficionados de los Lobos. Kevin Garnett llega Minnesota Timberwolves después de los Lobos y los Brooklyn Nets lleguen a un acuerdo para que Thaddeus Young se marche a la gran manzana manzana y Garnett vuelva a la que es su casa.

El regreso de Kevin Garnett es como un giño al pasado, en la temporada en la que se está labrando el futuro de la franquicia. Un futuro que espera superar en grandeza lo que Kevin Garnett representó para los Timberwolves en el pasado.

Y es que pensar en Kevin Garnett y Minnesota, es pensar en los mejores días de la franquicia en la NBA, con un jugador que fue el estandarte de los mejores Lobos de la historia en el 2004, siendo capaz de lograr el MVP de la temporada regular (por primera vez para un jugador de Minnesota).

Eso sin contar que también le gloria en temporadas anteriores, como en el 2003 cuando logró ser MVP del All Star jugado en Atlanta, siendo oro olímpico con el combinado estadounidense que se alzó el oro en Sydney 2000 y llevó a los Lobos a los playoffs por ochos años de manera consecutiva.

Kevin Garnett llegó a Minnesota directamente desde el instituto, con el número 5 del draft de 1995, marchándose en 2007. Y sin duda, pensar en Kevin Garnett es pensar en la única final que los Timberwolves han disputado en más de 25 años de historia, cayendo ante Los Angeles Lakers, en la final de la conferencia Oeste en la temporada 2003-2004. Fue después de una mágica temporada en la que Minnesota acabó con 58 victorias, siendo el mejor equipo de la temporada regular. Nunca antes había logrado tantos triunfos en una temporada, ni tampoco lograron igualar esa marca en temporadas posteriores.

Garnett tocó el cielo por primera vez, con un año en el que demostró ser el amo de la elite de la NBA, con 24.2 puntos por partido, además de 13.9 rebotes, 5 asistencias, 2.2 tapones y 1.5 robos de media. Todo ello le valió ganar el galardón de jugador más valioso de la temporada, pero los Lakers le privaron de ganar el anillo con el equipo de toda su vida, el equipo de su corazón.

El anillo le lograría lejos de Minnesota, cuando recaló en los Boston Celtics, completando un currículum excepcional, en el que lo ha logrado todo, salvo dar a Minnesota el ansiado título (objetivo por el que tanto se esforzó mucho).

Sin duda es un refuerzo importante para el futuro de la organización. El futuro lo brindarán Rubio, Wiggins, LaVine, Muhammad, Dieng, Jones, Towns, pero tener a Garnett es más que fichar a un jugador. Es ser agradecido con la historia e invocar la fortuna de cara al futuro, porque sobre la pista del Target Center se van a encontrar el pasado más brillante y excelso de los Lobos, con la promesa de futuro más ilusionante de la historia de Minnesota.

En la pasada temporada con los Nets de Brooklyn atesoró una media de 6.8 puntos por partido, 6.8 rebotes y 0.3 tapones de media. Con Minnesota solo jugó 5 partidos, siendo titular en todos ellos, con una media de 7.6 puntos por encuentro, 1.6 asistencias y 5.2 rebotes de media.

Pero lo más importante es el ejemplo que puede dar a Wiggins, LaVine, Towns y compañía, para que se empapen de todo lo que significaría que ellos si lograsen dar a los Timberwolves el anillo, que él tuvo que lograr fuera de su hogar… aunque sueña con poder aportar su granito de arena para que el campeonato llegue por fin a Minnesota.

Hasta pronto desde España.