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Junio mes del Draft: Brandon Ingram

Por Miguel Ángel Martín

Columnista de Timberwolves.com

Seguimos con el análisis de los jugadores más destacados del Draft que tendrá lugar a finales del mes de junio. Ahora le toca el turno a Brandon Ingram, que pasa por ser uno de los máximos candidatos a lograr el número uno este año.

Sin duda alguna es uno de los jugadores con mayor potencial, llegará a la NBA con 19 años. Nacido en Kinston, su posición natural es la de SF (small-forward/alero), mide 2.06 metros de altura, pesa 90 kilogramos y tiene una envergadura de 2.21 metros.

Esta temporada en la NCAA ha promediado 16.8 puntos, 6.8 rebotes, 1.9 asistencias, 1.1 robos y 1.4 tapones por encuentro en 34.2 minutos de media, con unos porcentajes del 41.3 por ciento en triples, 44.1 en tiros de campo y 68.8 en tiros libres con los Duke Blue Devils.

Cabe destacar que es un jugador con tremendo físico, y con unas características naturales perfectas para ser alero. Mide 2.06 metros en zapatillas y sobre todo con sus 2.21 metros de envergadura, Ingram tiene un físico excepcional, de complexión delgada que se ve compensada, en parte, por un salto vertical de élite. Todas estas características le confieren un potencial tremendo para poder finalizar muchas jugadas en mate, y entre otras cosas realizar muchos alley-oops.

Su envergadura también le permite jugar cerca del aro, a pesar de su delgada estética, por su anchura de hombros. Además tiene también un gran talento defensivo, ya que su velocidad le permite recuperar con facilidad la posición y su salto vertical le permite lograr colocar tapones a sus adversarios. Tiene todavía recorrido de mejora en el aspecto reboteador.

En catch and shoot es realmente magnífico y su potencial es espeluznante. Utiliza una mecánica rápida, simple y muy efectiva. Con Duke le hemos visto tanto de alero tirando sobre defensores más bajitos o como PF en small-ball abriendo la pista. Eso lo podrá trasladar a nivel NBA pero para ejercer de PF necesita ganar más fuerza. También en tiro tras bote es realmente bueno, sobre todo por su IQ.

Ingram tiene un manejo de balón sobresaliente para su puesto y altura, sabe leer la pista y aprovechar los espacios para encontrar su tiro. Si bien es cierto que con algo de espacio es letal, sobre todo en media y larga distancia, le cuesta algo más realizar buenos lanzamientos con oposición desde el triple de NCAA, por lo que esto en la NBA será un calvario al principio. Otro aspecto positivo es su potencial como penetrador es prácticamente el mismo.

Quizás también cabe destacar, entre los puntos débiles del juego de Ingram, que ha de mejorar en su fuerza y actitud y comportamiento (aspectos en donde se ha realizado más hincapié en su etapa a las órdenes de Mike Krzyzewski). Y aunque tiene un gran físico, su parte superior y la inferior han de obtener más musculación.

Muchos expertos le dan posibilidades de lograr el número uno por encima de Ben Simmons, pero algunos cuestionan este punto por su mentalidad. Pero lo que parece a día de hoy bastante claro es que ocupará una de las dos primeras elecciones este verano.

Ahora hay que esperar si su destino será Philadelphia 76ers o Los Angeles Lakers y lo que decidan hacer estas dos franquicias con sus primeras elecciones del Draft, si quedarse con los jugadores para la reconstrucción de sus proyectos o usarlos como moneda de cambio para un salto de calidad más inmediato.

Tiempo al tiempo.

Hasta pronto desde España.