LOS ÁNGELES – Profesionalismo y gratitud.
Eso es lo que están mostrando los Lakers en este tramo final de la temporada, particularmente desde que se consumó su eliminación de los playoffs.
“Nuestros fans siguen llenando este estadio todas las noches, así que qué tipo de esfuerzo daremos frente a ellos es la meta del grupo”, avisó Luke Walton.
El entrenador explicó que buena labor de su equipo en los últimos partidos en casa está relacionada con eso, y con la responsabilidad de seguir dedicándole el mejor esfuerzo a la causa – aun sabiendo que el resultado final no será el esperado.
“Es fácil trabajar duro cuando las cosas van bien, pero seguir viniendo y continuar trabajando duro cuando los tiempos son difíciles, eso es lo que este grupo ha hecho”, agregó Walton. “Hace que sea placentero dirigirlos, y es parte de la razón por la que hemos podido ganar algunos juegos recientemente”.
Bajo esa filosofía, los Lakers apabullaron a los Charlotte Hornets el viernes por la noche, venciéndolos 129-115 ante un STAPLES Center repleto.
La afición disfrutó de un verdadero concierto ofensivo en el que los laguneros dispararon 56% en tiros de cancha, repartiendo 34 asistencias en 51 canastas.
El movimiento de balón fue clave.
“Cuando mueves la bola y compartes la bola, eso crea mucha energía positiva, y todos se sienten en un muy buen ritmo”, opinó LeBron James. “Es contagioso y puede llevar a grandes cosas ofensivamente”.
Rajon Rondo repartió 17 de esas asistencias en la que fue su mejor cosecha de la temporada.
Pero para que eso sucediera, los tiradores iban a tener que estar encendidos, y vaya si lo estuvieron.
Los 18 triples fueron la tercera mayor cantidad de la campaña 2018-19, y varios fueron protagonistas de la hazaña.
Kentavious Caldwell-Pope fue el principal, tirando 6/10 de larga distancia y terminando con 25 puntos – confirmando que su buena puntería en las últimas semanas no es algo fortuito.
KCP no fue el único. Kyle Kuzma tiró 9/16 de cancha con dos triples. Lance Stephenson disparó 3/5 de larga distancia en una noche en la que terminó con 14 puntos y 13 rebotes.
Y del resto se encargó King James, cuyo 4/7 en triples terminó de sepultar las aspiraciones de los visitantes. El astro lideró a los Lakers con 27 puntos y nueve asistencias, y estiró su paternidad contra Kemba Walker a un increíble 28-0.
Con eso los Lakers lograron su victoria No. 34 de la temporada, y ahora irán a la carretera a New Orleans y Utah a su última gira.