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Caldwell-Pope: historia de expectativas, traspiés y redención

EL SEGUNDO – Un regalo del cielo.

Palabras más o palabras menos, así describió el gerente general de los Lakers Rob Pelinka al escolta Kentavious Caldwell-Pope el día de su presentación en el antiguo Toyota Sports Center de la ciudad de El Segundo.

En aquella oportunidad, con el plantel campeón de la Liga de Verano arribando en autobús desde Las Vegas algunos minutos antes, el ejecutivo de los laguneros no ahorró elogios hacia el ex miembro de los Detroit Pistons.

El matrimonio era ideal. Las partidas de D’Angelo Russell y Nick Young dejaban al plantel de Luke Walton sin un escolta natural y un tanto huérfanos de tiro exterior, y a sus 24 años y con cuatro temporadas en su haber en la NBA, KCP prometía una combinación de eso, veteranía, juventud y aptitud defensiva.

Más allá del estilo retórico que tiene el comandante del proyecto de los Lakers, su llegada era realmente una suerte de bendición – una pieza clave para acompañar a Lonzo Ball y Brandon Ingram en el perímetro, y un alivio para un Walton que nunca pudo terminar de instalar sus principios defensivos en su primera temporada como entrenador en jefe en la liga más importante del mundo.

Lo que sucedió después, tras poner la vara – y la ilusión– tan alta, fue predeciblemente decepcionante.

Caldwell-Pope se perdió los primeros dos partidos de la temporada regular al tener que cumplir con una sanción de la NBA por un incidente previo, y tras su debut le costó encontrar el ritmo y la producción que muchos esperaban de inmediato.

En las redes sociales y en la prensa gráfica se empezó a señalar su poca puntería exterior, y los pobres números en tiros de cancha. Su falta de consistencia, sus bajos números en asistencias y su incapacidad para ayudar a los Lakers a salir del sótano en las categorías ofensivas.

Es allí donde la situación se desvirtuó, al confundir los hechos con las proyecciones. Y es que KCP venía de disparar 39.9 por ciento en tiros de cancha y 35.0 en triples en 76 juegos con los Pistons en la 2016-17, con apenas 3.3 rebotes y 2.5 asistencias por noche en su cuarta temporada.

Pedirle que fuera un escolta de élite, a los 24 años por entonces y en su quinta temporada era el error principal y una manera injusta de medir su talento, presente y progreso.

Su camino tocó fondo, si se quiere, en diciembre, mes en el que promedió solo 1.6 asistencias y 36.4 por ciento en tiros de cancha, perdiendo por completo su tiro exterior (29.0 por ciento en triples). Además, a causa de un problema judicial, él debió cumplir una condena que no le permitió salir del estado de California durante algunas semanas – lo que hizo que se perdiera dos juegos en Houston, uno en Cleveland y otro en Minnesota.

Sus 0 puntos el 5 de enero ante Charlotte representaron su punto más bajo – y el equipo lo padeció. Aquel día los Lakers perdieron su noveno juego consecutivo y cayeron a 11-27 en la temporada, a un partido del peor récord de la NBA.

Sin dudas fue un golpe que tocó sus fibras más íntimas y las de todo el equipo, impulsando una recuperación que hoy lo tiene como uno de los jugadores más mejorados de la NBA.

RESURGIENDO COMO EL AVE FÉNIX

Vaya si su presente es diferente hoy.

Los Lakers cayeron el jueves en Nueva Orleans, pero si hubo alguien al que no se puede culpar es el mismísimo Caldwell-Pope. El escolta disparó 8/11 en triples y lideró al equipo con 28 puntos, en una actuación tan dominante como esperada, si se tiene en cuenta lo que ha sido su producción desde los primeros días de 2018.

KCP promedió 12.3 puntos en enero, 13.6 puntos en febrero y 15.3 en 11 juegos en lo que va de marzo. Sus porcentajes en triples han ido desde 45.6 en enero, a 45.1 en febrero a un candente 47.8 en marzo – y cada vez disparando más. El producto de la Universidad de Georgia está tomando 6.3 triples por noche en lo que va del mes, casi el triple de los registros de su carrera.

Los ocho triples del jueves incluso igualaron la cantidad que había tenido el 24 de febrero en Sacramento, donde ya se había metido en los libros de historia de los Lakers al conseguir la tercera mayor cantidad en la franquicia.

El jugador sabe que pasa por su mejor momento.

“Algunas noche lo sé y otras noches es solo en el flujo del partido”, dijo el jueves. “Esta noche fue solo en el flujo del partido. Tomé mis primeros dos tiros y fueron adentro, así que fue solo el flujo del partido”.

Caldwell-Pope promedia 15.3 puntos en lo que va de marzo y se ha convertido en una pieza indispensable para un equipo que extraña a horrores a Ingram y Josh Hart.

Sin embargo, su influencia va mucho más allá.

KCP 2.0: TODOTERRENO

Walton ya lo anticipó a comienzos de enero, una vez que el jugador logró dejar atrás sus temas extracurriculares.

“Obviamente pienso que cualquier ser humano, ni hablar un atleta profesional jugando en esta plataforma, con la presión que tiene y haciendo lo que tuvo que hacer, que eso haya terminado seguramente es un gran alivio para él”, dijo el entrenador.

Las palabras de KCP en su momento delataban un tipo liberado, literal y figurativamente. Las ataduras desaparecieron.

“Se siente bien volver a mi rutina”, contó por entonces. “Pagué mis deudas y se siente bien volver a la rutina. Todo terminó, lo dejé atrás, y estoy mirando hacia delante y terminar la temporada. Feliz de estar en casa”.

Además, las ausencias en distintos momentos de Ball, Ingram y Hart – además de las partidas de Larry Nance, Jr. y Jordan Clarkson – lo convirtieron en una de las únicas constantes para Walton.

Eso le permitió agarrar ritmo e ir creciendo en protagonismo, y esa mayor responsabilidad le vino como anillo al dedo.

Desde el 6 de enero Caldwell-Pope promedia también 5.9 rebotes, 2.2 asistencias y 1.5 robos en 33.4 minutos en 31 juegos. Solo Julius Randle, Brook Lopez y Kyle Kuzma han disputado más partidos que él – algo que habla bien de su durabilidad en tiempos de soldados caídos por doquier.

En la temporada, KCP lidera al equipo con 1.4 balones sueltos recuperados y se ubica segundo en desvíos (2.5), solo por detrás de Ball. Él también se ubica segundo en faltas ofensivas generadas (seis) – solo con Corey Brewer (nueve) delante suyo.

En defensa, su aporte ha sido vital en los números y en el liderazgo. Además de darle a Walton un jugador físico que sabe cómo ejecutar sus esquemas y también orientar a sus compañeros más jóvenes, Caldwell-Pope ha dejado su sello en las estadísticas avanzadas.

Con el escolta en cancha, los Lakers han sido superados por apenas 0.2 puntos por cada 100 posesiones en lo que va de la temporada – solo superado por Randle entre los miembros habituales de la rotación.

Y si se ven sus cifras después del partido con Charlotte, los Lakers están +3.4 puntos cada 100 posesiones con él en cancha – solo por detrás de Ingram y Ball, que disputaron apenas 21 y 17 partidos respectivamente contra los 31 de KCP.

Una revelación en los dos lados de la cancha, para un jugador que con 25 años recién cumplidos está entrando de lleno al apogeo de su carrera.

Un jugador – como Randle, Lopez, Isaiah Thomas y Channing Frye, entre otros – que será agente libre este verano.

Y finalmente, un jugador que, tras algún paso en falso, cumplió y superó las expectativas, haciendo quedar bien a Pelinka y los Lakers por apostar por él.