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Lakers regresan a casa sonrientes tras sorprender a OKC

LOS ÁNGELES – Decir que los Lakers se merecieron esta victoria es quedarse corto.

El equipo de Luke Walton, en el último partido de la gira de carretera más larga de la temporada, batalló hasta los segundos finales para derrotar a un muy buen equipo de Oklahoma City – rival que los había apaleado en los dos duelos previos esta campaña.

El esfuerzo fue completo y el conjuntó se afianzó desde su nuevo quinteto titular, un gran acierto del entrenador para suplir la ausencia de Lonzo Ball, quien todavía no tiene fecha confirmada de regreso a las canchas.

El ingreso de Josh Hart le dio una inyección anímica al equipo, y sus aportes en los rebotes no pueden ser descontados. El escolta sumó un nuevo doble-doble, con 14 puntos y 11 tableros, y su presencia le da otro tipo de composición a un quinteto que tuvo a sus cinco integrantes en dobles dígitos.

Hart aporta rebote, defensa y, sobre todo, tiro exterior, algo que le abre carriles a Brandon Ingram y Julius Randle, y casi como un efecto dominó, también le da un poco más de aire a Brook Lopez, quien volvió a ser el goleador del equipo.

El pivot consiguió calibrar la mira en los últimos días, y tras quedar al borde de perder protagonismo en la rotación, se ha establecido nuevamente como una pieza indispensable del andamiaje lagunero. Sus 20 puntos, producto de un 4/9 en triples, sirvieron para darle pelea a una ofensiva potente como la del Thunder.

Y es que ahí estuvo la clave, con la defensa además apretando las tuercas en la segunda mitad y dejando a OKC en un 44.9 por ciento en tiros de cancha – con apenas siete triples.

Los angelinos, por contrapartida, fueron de menor a mayor en ataque, y terminaron con un candente 13/30 en triples. Jordan Clarkson (18 puntos) volvió a ser fundamental desde la banca, y su producción cobra un valor agregado por el momento en el que apareció, en un pasaje clave entre el final del tercer cuarto y el comienzo del cuarto periodo.

Clave también fue el trabajo en los tableros. Los cinco titulares de los Lakers tuvieron al menos cinco rebotes, y en conjunto se encargaron de neutralizar a Steven Adams, quien había sido una verdadera pesadilla en sus enfrentamientos previos. Esto también sirvió para generar ofensiva, y los Lakers tuvieron 18 puntos de segunda jugada, un factor vital en la primera mitad.

Ingram (16 puntos y cinco asistencias) volvió a ser conductor, pero esta vez tuvo compañía en la generación de juego – sobre todo por parte de sus internos. Lopez (cinco asistencias) y Randle (cuatro), también ayudaron a llevar la carga, y la cosecha final fue de 24 en 42 canastas.

El hilo común fue el esfuerzo, y la idea de ganar y perder en conjunto. Los Lakers tuvieron a seis jugadores con entre 13 y 20 puntos y a cinco diferentes con al menos tres asistencias.

Se resistieron los embates del Thunder hasta el final, generando un cierre de partido dramático, y se le ganó a un rival complicado por talento y estilo.

Y lo más importante es que sucedió en el undécimo día consecutivo lejos de casa y a unas horas de subirse al avión de regreso al sur de California.

No hay mayor señal de crecimiento que esa.