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Lakers disfrutan de un canje que sigue pagando dividendos

EL SEGUNDO – La primera gran decisión de la era Johnson-Pelinka continúa dando sus frutos.

Apenas días después de asumir sus cargos, Magic Johnson (Presidente de Operaciones de Baloncesto) y Rob Pelinka (Gerente General) tomaron la decisión de enviar al goleador de la temporada pasada – Lou Williams – a los Houston Rockets a cambio de Corey Brewer y una selección de primera ronda.

Aquella movida dejó a los Lakers sin su mayor anotador (18.5 puntos por partido), mejor tirador de tiros libres (88.0 por ciento) y segundo mejor triplista (38.5 por ciento) – pero la atención estaba puesta en el futuro.

Si se tiene en cuenta que Williams ya no defiende los colores de los Rockets – y que Brewer y compañía fueron clave en la rutilante victoria de los Lakers el miércoles en Houston, se puede decir sin tapujos que el canje fue todo un éxito.

Regresemos un poco en el tiempo. La llegada de Brewer le permitió a los Lakers retener un poco de la veteranía y temple que ofrecía Williams. Si bien ellos son jugadores diametralmente distintos, ambos reciben buenas calificaciones por su ética de trabajo y la manera de ayudar a inculcar valores de esfuerzo y dedicación a los jóvenes de cualquier plantel.

Brewer visitó a la escuadra a de los Lakers en la Liga de Verano en julio, se integró rápidamente a la comunidad, y pasó prácticamente todo el verano frecuentando el gimnasio y el parquet del flamante UCLA Health Training Center, el nuevo hogar de los angelinos en El Segundo.

Y pese a la superpoblación en su puesto, Luke Walton continúa confiando en él como parte fija de la rotación, a sabiendas que el veterano no pondrá el grito en el cielo en aquellas noches de minutos flacos.

El miércoles fue el mejor testamento a su paciencia y preparación. Tras jugar un total de 29 minutos combinados en sus últimos cinco partidos, Walton le dio rienda suelta ante su ex equipo y Brewer lo hizo quedar más que bien.

El oriundo de Portland (Tennessee) concretó su mejor actuación vestido de púrpura y dorado, explotando con 21 puntos (7/9 de cancha), cinco rebotes y tres robos en 25 minutos.

El alero batalló en ambos lados de la cancha y lideró a los Lakers con +18 en un partido que fue favorable por solo seis puntos.

“Corey Brewer vino y nos dio una gran chispa desde el banco, y creo que nos encendió”, dijo Kyle Kuzma. “Hizo un gran trabajo de ponérselo difícil a (James) Harden”.

El veterano dijo que trató de aportar su granito de arena.

“Quise ser agresivo”, confesó. “Siento que la segunda unidad, teníamos que venir y elevar el ritmo y ser agresivos. Los tuvimos retrocediendo y fuimos capaces de tener una gran ventaja”.

CORAZÓN DE LEÓN

Sin ejecutar aquel canje, la gerencia de los Lakers seguramente hubiera tenido que elegir entre quedarse con los servicios de Kuzma o Josh Hart.

Sin embargo, al adquirir la selección de primera ronda de los Rockets, Johnson y Pelinka le dieron a sus scouts una bala más de cara al Draft 2017.

Debido su posición en la tabla, aquella selección acabaría en la posición No. 28. Días antes los Lakers adquirieron la No. 27 (junto a Brook Lopez en el traspaso que vio a D’Angelo Russell y Timofey Mozgov mudarse a Brooklyn), que a la postre utilizarían en Kuzma (quien dicho sea de paso anotó 38 puntos en una actuación descomunal el miércoles ante los Rockets).

Pero allí no terminaría la historia. Tras elegir a Lonzo Ball con el No. 2 y a Kuzma con el No. 27, los Lakers ejecutaron un nuevo cambio, convirtiendo la selección No. 28 (finalmente Tony Bradley) en las selecciones No. 30 y No. 42.

Así fue como llegó Hart a los Lakers. El escolta había llamado la atención de los ojeadores por su pedigrí ganador y características que le hacían falta a la nómina, y sus pruebas con el equipo hicieron el resto.

El oriundo de Silver Spring (Maryland) tardó en hacerse un nombre, ya que se lesionó sobre el comienzo de la Liga de Verano y comenzó el campamento de entrenamientos con una lesión muscular.

Sin embargo, un breve cameo por los South Bay Lakers (18.0 puntos y 5.5 rebotes en dos partidos) fue suficiente para que Walton lo instalara en la rotación, y el resto ha sido historia.

Hart anotó 11 puntos con cuatro rebotes y cuatro asistencias, ocupando sólidamente el vacío dejado por Kentavious Caldwell-Pope, quien no pudo estar con el equipo por una cuestión personal. Dos partidos antes, y también en reemplazo de KCP, Hart había conseguido 11 puntos y 10 rebotes.

Más allá de sus fundamentos – pulidos a lo largo de cuatro temporadas colegiales – y su intensidad, Hart se ha ido reencontrado con su tiro exterior, el componente que redefine su techo en la NBA. Tras comenzar la temporada 2/15 en triples, Hart (38.9 por ciento en 146 juegos en Villanova) ha encestado 12 de sus 23 intentos de larga distancia. Su puntería en la temporada ya ha escalado a 36.8 por ciento.

Y FALTA EL TERCER MOSQUETERO…

Thomas Bryant es la tercera y última parte de la ecuación.

La selección No. 28 (originalmente de Houston) se convirtió en las No. 30 y No. 42, y el pivot de Indiana fue elegido allí por los Lakers en la segunda ronda.

El oriundo de Rochester (Nueva York) no ha debutado oficialmente en la NBA todavía, pero ese día está al caer, ya que Walton envió a Ivica Zubac al equipo de la G League y convocó al norteamericano ante la lesión de Lopez.

Y es que las actuaciones de Bryant con los South Bay Lakers empezaron a forzarle la mano. El centro de 6’10 de estatura y con rango más allá de la línea de triples destrozó a la competencia en las ligas menores.

En 11 encuentros, Bryant promedió 22.2 puntos, 7.4 rebotes, 1.5 asistencias, 0.7 robos y 1.7 tapones, disparando 59.7 por ciento en tiros de cancha y 44.8 en triples en 6.1 intentos por noche.

Además, TB es dueño de algunas de las mejores celebraciones en toda la NBA, tras mostrar gran potencial en esa faceta en Las Vegas.

Con Andrew Bogut jugando minutos limitados y con el equipo necesitando desesperadamente alguien que pueda generar espacio con el tiro exterior, la chance de Bryant llegará en breve.

Allí los Lakers podrán finalmente disfrutar del último tesoro de aquel canje, el primero de la cúpula ejecutiva actual, y uno que es causa de ilusión dentro y fuera de la cancha.