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Lakers llevan al límite a Warriors en derrota en tiempo extra

EL SEGUNDO – “Me encantó la manera que competimos defensivamente”.

Esta no fue la primera vez que Luke Walton emitió precisamente esa frase o un derivado de ella, pero seguramente esta fue la ocasión que más lo ameritó.

Los Lakers llevaron a una escuadra completa de los Golden State Warriors a un tiempo suplementario, teniendo incluso una oportunidad clara para definir el pleito antes de la prórroga.

El esfuerzo en el canasto propio fue significativo en relación al reto que los esperaba. Con Kevin Durant encendido y la ofensiva visitante engranando, los laguneros se fueron asentando con el correr de los minutos, con las rotaciones volviéndose más finas y empezando a ganar algunos duelos personales.

A la postre fue fundamental lo hecho por dos jugadores puntales. Brandon Ingram no solo tuvo la mejor actuación de su carrera desde lo numérico, sino que confirmó una tendencia que se viene dando a lo largo de las últimas semanas.

Por su parte, Julius Randle tuvo un buen comienzo seguido por un toque de atención de Walton, y tras su regreso redondeó un partido a la altura de sus talentos. El ala-pivot se mantuvo en cancha durante los últimos 21:30 de partido, algo que dejó en claro su importancia para el funcionamiento del conjunto – sobre todo tras la lesión de último momento de Kyle Kuzma a horas del comienzo del partido.

Lo de Ingram fueron más que 32 puntos. El producto de Duke atacó sin miedo a una de las mejoras defensas de los últimos años, sin temerle a los brazos largos y la coordinación de Durant y compañía. Sus constantes embates llenaron de faltas a los visitantes y le fueron abriendo camino, alimentando su confianza en el proceso.

“(Esto) soy yo mejorando cada partido”, reconoció pese a la desilusión de la derrota. “Es tratar de venir, con mis compañeros detrás de mí dándome confianza para salir y hacer jugadas en la cancha. Estar enfocado”.

Walton señaló que el partido fue otra oportunidad valiosa de aprendizaje para varios de los suyos.

“Para Brandon, la confianza en sí mismo y ser capaz de ir contra KD”, apuntó. “KD no es solo uno de los mejores jugadores ofensivos de la liga, a él también es duro anotarle, y Brandon estuvo a la altura del reto. Él medio algunos tiros difíciles. Brandon estuvo enfocado todo el día, se lo vio en la práctica de tiro, por lo que pienso que es bueno para él”.

Eso llevó al entrenador a pedir el tiempo muerto y dibujar una jugada para que el No. 14 les de la victoria. Al final su tiro se quedó corto tras una buena rotación a último momento de Draymond Green.

“Significa mucho”, confesó Ingram. “Es algo que trabajamos en las prácticas un poquito. La confianza suya en mí para hacer algo ha estado funcionando mucho en el juego significa mucho más”.

En 44 minutos, el alero terminó 12/21 en tiros de cancha, con 2/2 en triples y 6/7 en la línea.

“Estoy yendo con confianza”, dijo sobre la frecuencia con la que se encuentra atacando el aro. “Trato de usar mi envergadura sobre los internos, o en la parte débil, y obviamente tratar de hacer la jugada correcta para mi equipo”.

Randle fue el otro gran responsable, haciendo las veces de único interno durante casi toda la segunda mitad y el tiempo suplementario. El ala-pivot lideró a los Lakers con +11 en 31 minutos, en los que aportó 20 puntos, cuatro rebotes, dos asistencias y un tapón.

En ofensiva su mezcla de destreza y potencia complicó hasta al mismísimo Green, y en defensa su velocidad de piernas fue vital para el estilo de marcajes intercambiados que exige cualquier duelo ante los Warriors.

Sus compañeros también acompañaron. Kentavious Caldwell-Pope y Jordan Clarkson aportaron 21 puntos cada uno, luciéndose en distintos momentos en los que los Lakers necesitaron goleo para seguirle el ritmo a una ofensiva de alto voltaje.

En la conducción se lució Lonzo Ball, con 10 de las 30 asistencias de los angelinos. El base también tuvo una gran ráfaga ofensiva en la segunda mitad, y cerró la noche con 15 puntos producto de un 5/12 de cancha que incluyó tres triples.

En lo colectivo se redondeó una actuación casi el doble de asistencias que pérdidas (30 vs. 17), con un excelente 49.5 por ciento en tiros de cancha y supremacía de 68-52 en la zona pintada. El énfasis estuvo en aprovechar los errores del rival, y los Lakers consiguieron 19 puntos de las 22 pérdidas de los Warriors.

“Les dimos un reto: seamos agresivos pero inteligentes”, confesó Walton.

El resultado final fue adverso, y los Lakers cayeron a un récord de 8-13. Sin embargo, el sabor que queda en la boca esta vez no fue tan amargo.

“En general estoy realmente feliz por la manera que salimos y batallamos esta noche”, cerró Walton.