EL SEGUNDO – “No hicimos cosas inteligentes”.
Los Lakers lograron reinsertarse en el partido tras caer en un déficit de 21 puntos dejaron escapar un sinfín de oportunidades y cayeron de forma apretada ante los Celtics.
La visita a Boston tuvo el peor comienzo, ya que una mezcla de pérdidas y fallos permitió a los locales asentarse y escaparse en el marcador.
Sin embargo, un cambio completo de actitud a partir del segundo cuarto – que coincidió con el ingreso de Julius Randle emparejó las cosas, y los laguneros llegaron a ponerse a tres puntos en varias instancias de la segunda mitad.
“Estuvimos ahí nomás en el cuarto”, dijo Luke Walton.
El ímpetu de los angelinos fue acompañado por un aumento en la puntería exterior, con Kentavious Caldwell-Pope lastimando desde más allá de la línea de tres puntos. Eso junto al goleo de Jordan Clarkson y la aparición de Brandon Ingram en la segunda mitad fueron motivo de ilusión, y la ausencia de Jayson Tatum por lesión le abrió una ventana al equipo para completar la remontada.
Sin embargo, las heridas fueron propias en el cuarto parcial, ya que la falta de puntería – y movimiento de pelota – en ofensiva se mezcló con la incapacidad para establecerse en el rebote defensivo. La defensa a lo largo de la noche fue sólida, y por momentos de alto nivel, pero el exceso de rebotes ofensivos de los locales terminaron marcando la diferencia.
Los 16 rebotes ofensivos de los Celtics y las 21 pérdidas propias (que Boston convirtió en 24 puntos) acabaron inclinando la balanza.
Walton hizo hincapié en la intensidad de los locales para abrir el juego, pero se fue satisfecho con la manera que sus dirigidos encausaron el partido y se permitieron llegar al final con la esperanza intacta.
Lonzo Ball (nueve puntos, seis asistencias, cuatro tapas) fue un hábil conductor, y terminó con apenas dos pérdidas en 39 minutos. El tiro continúa siendo su talón de Aquiles, pero su defensa perimetral ayudó a controlar tanto a Kyrie Irving (7/21 de cancha) como a Jaylen Brown (3/11).
Vale destacar el aporte de Randle (16 puntos y 12 rebotes en 21 minutos), quien fue el terminó la noche con un +/- de +5. Su presencia en los tableros impulsó la recuperación, y su agresividad en ofensiva abrió caminos para sus compañeros.
Similar tarea tuvo Clarkson, quien volvió a cumplir su rol desde la banca con 18 puntos y cinco asistencias.
A la postre el esfuerzo no alcanzaría, ya que las 30 faltas cometidas y el bajo número de asistencias – 16 en 37 canastas – atentaron contra la idea de robarse un partido que pedía virtual perfección tras el mal comienzo.
Los Lakers ahora viajarán de inmediato a la capital estadounidense, donde enfrentarán a los Washington Wizards el jueves por la noche.