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Pruebas del Draft 2017: Lonzo Ball

EL SEGUNDO – “Un líder y un armador”.

Ante una multitud de reporteros gráficos y cámaras de televisión que no se veía en el Toyota Sports Center desde el retiro de Kobe Bryant, Lonzo Ball charló con la prensa luego de su prueba con los Lakers.

El ex base de UCLA – quien cenó junto a Magic Johnson, Luke Walton y Rob Pelinka el martes por la noche – saltó al parquet ante la atenta mirada del cuerpo técnico y la gerencia de la franquicia angelina en la nublada mañana del miércoles.

Una experiencia única, sobre todo por hacerlo ante el ídolo de su infancia, de la que luego compartió algunos detalles que sirvieron para ir conociéndolo.

“Tienen muchos buenos jugadores”, dijo sobre el plantel de los Lakers. “Siento que necesitan un líder y un armador, y siento que puedo traerle eso al equipo”.

De esa forma, Ball presentó su candidatura para convertirse en la selección No. 2 del Draft 2017, describiéndose además como el mejor base disponible.

La prueba fue rigurosa desde lo físico (“me cansé…voy a dormir el resto del día”) y con mucho énfasis en el tiro, pero el joven de Chino Hills HS dijo haberla disfrutado.

“No me pongo nervioso cuando juego al baloncesto”, repitió en más de una ocasión ante la avalancha de preguntas.

En cuanto a su juego, Ball fue directo a la hora de explicar cómo encajaría junto a D’Angelo Russell, Brandon Ingram y compañía. Él agregó que sabe leer una defensa, y que por eso se siente más que cómodo en el pick and roll.

“Son jóvenes y yo soy joven”, recalcó. “Veo que les gusta correr, y yo amo correr, así que nos complementaremos bien”.

El armador también se describió como un líder natural, al que no le asustan los micrófonos ni los reflectores, y que llegaría a apuntalar el cambio cultural que pregonan Johnson y Pelinka.

“Todo lo que haces debes hacerlo por el equipo, traer una atmósfera ganadora y creo que puedo hacer eso”, aseguró.

Defensivamente, Ball señaló que se cree capaz de defender en todo el perímetro, y que puede marcar desde bases hasta aleros.

Con paciencia y sin apurarse, él también dejó en claro cuál es su filosofía en cuanto a su tiro de larga distancia. Ball disparó un excelente 41.2 por ciento en triples en 5.4 intentos por noche, pero con una mecánica un tanto heterodoxa.

“Mientras funcione, lo voy a seguir usando”, apuntó.

En cuanto a su temple, Ball no dudó en autodefinirse.

“Tranquilo, calmado, fuera de la cancha y dentro de la cancha”, opinó. “Todo lo que hago es ganar”.

Finalmente, y antes las repetidas preguntas, Ball también aclaró que le encantaría vestirse de púrpura y dorado.

“Claro que sí, quiero quedarme en casa”.