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Lakers sufren derrota abultada ante Clippers

LOS ÁNGELES – “No podemos jugar así”.

Ese fue, según Ivica Zubac, el mensaje de Luke Walton en el entretiempo de la derrota de los Lakers por 133-109 ante los Clippers el martes por la noche.

Tras encontrarse abajo por 30 puntos al descanso, el entrenador de los angelinos decidió mandar a la cancha al comienzo del tercer cuarto a una unidad que al menos le ofreciera la intensidad que demanda noche tras noche.

“Jugar con cierta cantidad de esfuerza no es aceptable o tolerable”, aseguró Walton. Los he alabado por su gran trabajo el último juego y medio, y todo el año. Obviamente hemos tenido muchos valles, pero salir en frente de nuestros aficionados y dar ese tipo de esfuerzo, no está bien”.

El mensaje de Walton había quedado claro.

“Obviamente no jugamos duro como grupo”, reconoció D’Angelo Russell. “Algunos muchachos estaban jugando realmente bien – Brandon estaba jugando muy bien, no creo que mereciera eso. Como equipo, como unidad titular, no jugamos bien juntos y eligió a aquellos que jugaron bien juntos”.

Fue así que Tyler Ennis, David Nwaba, Corey Brewer, Thomas Robinson y Larry Nance, Jr. saltaron al tabloncillo del STAPLES Center a sacar la cara por el equipo, y durante un pasaje de unos seis minutos lograron al menos detener el sangrado.

“Jugaron baloncesto parejo solo basado en esfuerzo”, observó Walton.

Minutos más tarde, el estratega fue confiando nuevamente uno por uno en sus titulares, y estos le respondieron, completando varios de ellos actuaciones aceptables, al menos desde la frialdad de la ficha final.

Por ejemplo, Brandon Ingram lideró al equipo con 21 puntos en 40 minutos, en el que fue su noveno partido seguido anotando en dobles dígitos. El novato disparó 8/14 de cancha y encestó dos de sus cuatro triples, continuando en la línea de sus últimos encuentros. Su tiro exterior volvió a lucir fluido y letal, en una gran señal de su desarrollo individual.

Además, Zubac (17 puntos y siete rebotes) alternó buenas y malas ante DeAndre Jordan, uno de los mejores pivots defensivos de la liga, aunque varios de sus minutos llegaron con el partido definido. El croata también disparó 8/14 y agregó a su ficha tres asistencias, un robo y una tapa.

Por su parte, Russell terminó con 18 puntos, cinco asistencias y apenas un robo, y fue artífice quizás de la mejor faceta del equipo: el cuidado del balón. Los Lakers perdieron apenas 10 esféricos a lo largo de la noche, y los Clippers solo derivaron 10 puntos de eso.

“Ha habido muchas mejoras individuales, pero lo que debemos entender como equipo, que hasta que el equipo signifique más que el individuo, será muy difícil gana”, sentenció Walton.

Por último, quien se destacó desde la banca fue Robinson, que aportó 16 puntos – su mejor marca vestido de púrpura y dorado – y seis rebotes en 10 minutos de alto voltaje en el que su energía ilimitada sirvió para despertar a un equipo un tanto letárgico.

“Jugó duro”, opinó Russell. “Compitió, lo llevó a otro nivel, (y) el partido fue más parejo. Hubiéramos tenido una mejor chance con él jugando por la manera que jugó”.

Ya en la segunda mitad los Lakers emparejaron una lucha de los rebotes que era lapidaria al entretiempo (29-16), e igualaron a los Clippers con 23 asistencias. Sin embargo, los triples no cayeron (6/20) y se fallaron 10 tiros libres, otra área a corregir de inmediato.

Walton, por su parte, se reservó otro mensaje para sus pupilos. En un principio la idea era darles el día libre el miércoles, pero tras el encuentro cambió de parecer y el equipo ensayará en El Segundo, comenzando a preparar lo que será el partido del viernes ante los Timberwolves.

“Creo que cuando sufrimos, para muchos muchachos todavía se trata del éxito individual y no del éxito del equipo”, concluyó. “Eso lo hace difícil en este nivel, sobre todo cuando estamos poniendo a todos jóvenes”.