LOS ÁNGELES – Si bien la intención de Luke Walton es siempre enfocarse en las virtudes o falencias propias, el rival de turno suele darle contexto a las actuaciones de los Lakers.
Es por eso que, pese a que el resultado en la capital estadounidense fue adverso, la derrota ante los Washington Wizards deja un buen sabor de boca, teniendo en cuenta que los dirigidos por Scott Brooks sumaron su decimosexto triunfo al hilo jugando en el Verizon Center, y que están escalando rápidamente posiciones en la reñida Conferencia Este.
Los Lakers fueron de menor a mayor y tuvieron chances en el cierre del partido tras remontar un déficit de 19 puntos y decretar tablas a 9:08 del final con una bandeja de Lou Williams.
Sin embargo, el regreso a la cancha de los titulares, liderados por un sublime John Wall, terminó inclinando la balanza para el lado de los locales, quienes ejecutaron con más precisión sobre el final del encuentro.
Para los de púrpura y dorado, sin embargo, las sensaciones son buenas, pese a la elevada cantidad de imprecisiones.
Las 20 pérdidas (para 24 puntos de los Wizards) sin dudas fueron un factor en un partido que se definió por un puñado de posesiones, pero los Lakers contaron con grandes actuaciones de algunos de sus mejores valores jóvenes.
D’Angelo Russell volvió a establecer la mejor marca de su carrera con 11 asistencias, y sumó un nuevo doble-doble al agregarle 17 puntos. El armador también tuvo siete rebotes y dos robos, redondeando una muy buena performance en partidos consecutivos.
El “Angelito” estuvo bien acompañado por Tarik Black, quien sumó el segundo doble-doble de su temporada con 13 puntos y 11 rebotes, y por los aportes de veteranos como Luol Deng (17 puntos) y Williams (15).
Por si fuera poco, Jordan Clarkson agregó otros 20 desde la banca, y los suplentes de los Lakers superaron a los de Washington por 54-16.
Además, los Lakers contaron con el breve regreso de Julius Randle, ya recuperado de una neumonía. El ala-pivot tuvo seis minutos de cancha y poco a poco se va poniendo a punto desde lo físico.
Es por eso que en líneas generales, y más allá del resultado final, los Lakers dejaron una sólida imagen, lo suficiente para entusiasmarse de cara al partido contra Boston del viernes por la noche.