LOS ÁNGELES – “Pareció una resaca de comida del Día de Acción de Gracias”.
Luke Walton resumió de esa forma la actuación de unos Lakers que nunca lograron hacer pie ante unos Golden State Warriors claramente superiores.
Sin tres de sus titulares – D’Angelo Russell, Nick Young, y Julius Randle – los de púrpura y dorado se vieron obligados a improvisar de punta a punta una rotación que venía dando señales de conocer sus roles.
Las ausencias le dieron más protagonismo a Brandon Ingram, y los resultados reflejaron los altibajos normales de un novato de 19 años con menos de 20 partidos en la NBA.
“Me gustó cómo jugó en la primera mitad”, aseguró Walton pese a la falta de puntería del alero, que cerró la noche con ocho puntos y nueve rebotes (su máxima como profesional), pero disparando 3/18 de cancha.
Ingram comenzó el partido con una tapa a Kevin Durant, y batalló en defensa en sus 38 minutos en cancha, pero le costó convertirse en el eje de la ofensiva.
Más allá de eso, Walton dijo estar conforme con su nivel de actividad.
“Me gusta lo involucrado que estuvo (defensivamente)”, resaltó, señalando que en los últimos partidos su compromiso en ese lado de la cancha venía decayendo.
Sus compañeros, desafortunadamente, tampoco pudieron hacer mucho para ayudarlo.
Walton notó la falta de explosividad en el quinteto inicial tras las ausencias de dos pilares energéticos como Randle y Young.
José Calderón repartió seis asistencias pero perdió cuatro esféricos, siendo parte de un problema sistemático que llevó al equipo a regalar 18 esféricos. Los Warriors capitalizaron con 23 puntos producto de esas pérdidas.
Steve Kerr suele decir que las primeras tres estadísticas que revisa tras un partido son las pérdidas, las asistencias y el porcentaje en tiros de campo de su rival, y seguramente se debe haber ido contento.
Los Lakers permitieron a Golden State un 51.8 por ciento de campo, y los visitantes tuvieron 31 asistencias en 43 canastas. Por contrapartida, los Lakers dispararon 35.6 por ciento y solo asistieron en 20 de sus 32 aciertos.
La buena noticia, al menos para un Walton que se fue conforme con el esfuerzo de sus dirigidos pero no con la inteligencia a la hora de encarar el juego, es que los angelinos no volverán a cruzarse con los de la Bahía hasta mediados de abril.
“Estoy agradecido…de que no los tengamos que ver en un largo, largo tiempo”, cerró sonriente el entrenador de los Lakers.