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Esfuerzo y poco más en una noche sin puntería para Lakers

LOS ÁNGELES – Un componente fundamental para sumar victorias en la NBA es anotar más puntos que el rival, y los Lakers esta noche simplemente no consiguieron suficientes.

Los angelinos fallaron desde todos lados. De larga distancia y de corta, en la pintura y en el perímetro, en la línea de tiros libres, desde el arco y abajo del aro.

La alineación completa sufrió del síndrome de la pólvora mojada, y ni Kobe Bryant ni Nick Young ni Wesley Johnson pudieron encestar las canastas indispensables, pese a que un par de tiros milagrosos de Bryant sobre el final amenazaron lo que debería haber sido una victoria mucho más clara de un equipo de Miami Heat que no tuvo a Dwyane Wade en la segunda mitad.

Los Lakers limitaron a los floridanos a un 42.3 por ciento de cancha, y lograron un perímetro hermético en el que el Heat solo conectó 2/16 en triples. La pelea de los rebotes fue pareja (46 a 52) y los Lakers sumaron siete pérdidas menos que su oponente. Sin embargo, una producción ofensiva de tan poca potencia difícilmente se traduce en victoria, y el martes no fue la excepción.

Tampoco ayudó a la causa haber empezado perdiendo 18-0.

“Creo que tuvimos un comienzo terrible, ofensivamente y defensivamente, y sumaron bandeja tras bandeja”, explicó Byron Scott. “Nunca vi una estadística en la que un equipo tiene 44 puntos al entretiempo y son 38 en la pintura y 6/7 en tiros libres. Nunca lo he visto. Es algo de lo que hablamos, porque en la charla previa [la idea] era convertirlos en un equipo exterior. No hicimos las cosas que debíamos hacer para empezar el partido”.

Para destacar queda que los Lakers llegaron a la última bola de la noche con la chance de enviar el juego a la prórroga. Bryant tuvo la oportunidad de ser el héroe pero no pudo replicar la magia de los últimos minutos, reflejando más bien lo que fue una noche difícil para él. El escolta terminó 3/19 de cancha y se lo vio falto de ritmo, pero aportó liderazgo, además de siete asistencias y seis rebotes.

“Seguimos batallando”, recalcó Scott. “Lo realmente positivo es que seguimos jugando duro. Batallamos, batallamos, arañamos…la planilla dice que dispararon 42 por ciento así que hicimos un trabajo decente defensivamente. Solo que no pudimos [tirar la bola] al océano”.

Pese a eso Scott se mostró contento por el esfuerzo final.

“Que hayamos tenido la oportunidad de empatar el partido es un milagro”, confesó. “Les doy mucho crédito a los muchachos por resistir y jugar con mucha fiereza”.

El trío interior formado por Ed Davis, Jordan Hill y Tarik Black hizo su parte, al menos en ofensiva, y entre los tres se unieron para lograr 33 unidades. El recientemente incorporado pivot sumó una nueva actuación sobresaliente, y con apenas tres partidos se va ganando la confianza de Scott y su cuerpo técnico.

Esto es relevante ya que Hill acabó el partido con una hiperextensión de su rodilla izquierda, lesión que podría marginarlo y abrir un hueco en el quinteto titular.

Por lo pronto los Lakers volverán a practicar el miércoles, ya que los espera una cita con LeBron James y los Cleveland Cavaliers el jueves por la noche.