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Lakers sucumben ante el poderío de los Dallas Mavericks

LOS ÁNGELES – A veces la diferencia entre dos equipos se refleja de la manera más cruel en el marcador.

El viernes la mejor ofensiva de la NBA jugó como tal, y los Lakers cayeron por 140-106 ante los Dallas Mavericks.

Los dirigidos por Byron Scott les siguieron el ritmo a los pupilos de Rick Carlisle durante el primer cuarto antes que una fatídica serie de desatenciones les permitiera escaparse en el marcador. Luego, los Lakers llegaron a ponerse a seis puntos en los instantes finales de la primera mitad, pero la realidad dirá que los Mavericks nunca detuvieron su marcha.

“Lo que enfrentamos esta noche fue un equipo de calibre de campeonato”, resumió Scott.

La friolera de 140 puntos convirtió en realidad los peores pronósticos, que veían como se enfrentaban las que, al menos desde las estadísticas objetivas, eran la mejor ofensiva y la defensa más débil. Dallas resultó ser un equipo imparable, venciendo todo tipo de resistencia por parte de los de púrpura y dorado.

“Definitivamente no estuvimos enfocados esta noche”, dijo Ronnie Price. “Tuvimos errores defensivamente y eso nos [perjudicó]”.

Fue así que dispararon 62.2 por ciento desde el campo y un escalofriante 51.4 por ciento en triples, conectando 18 de 35 por esa vía y aprovechándose al máximo de uno de los puntos más flojos de la defensiva visitante. Para poner en perspectiva, los Mavericks dispararon por encima de 52 por ciento en cada uno de los cuatro cuartos, y anotaron más puntos en tres periodos que los Lakers a lo largo de los 48 minutos.

“Los equipos que nos cuestan son los equipos que tienen muchos tiradores”, reconoció Kobe Bryant tras la duela.

Desde lo estadístico todos los numeritos solo dan a entender que los locales fueron demasiado para estos Lakers. Dallas anotó 54 puntos en la pintura (otra debilidad de los angelinos), y sumó otros 20 puntos en la línea de tiros libres.

Sin embargo, al fijarse que los Lakers dispararon tres tiros más que ellos (85 contra 82), otra conclusión lógica (y apoyada por el porcentaje de efectividad) es que los Mavericks simplemente no fallaron lo suficiente el viernes por la noche.

Por parte de los Lakers tampoco todo fue desazón, pese a que el resultado es una forma difícil de cerrar lo que en general fue una muy buena mini gira de carretera.

Los Lakers cuidaron el balón (solo 10 pérdidas) y limitaron a Dallas a solo 13 puntos de contragolpe. Claramente esta vez no alcanzó, pero son indiciosos de que algunos de los principios defensivos de Scott se van solidificando.

Desde lo individual hay poco para rescatar, más allá de un nuevo doble-doble de Jordan Hill (16 puntos y 10 rebotes), y del hecho de que mientras Wesley Johnson estuvo en cancha, los Lakers tuvieron un +/- de solo -6.

Jeremy Lin también ganó un poco de confianza en su tiro, encestando 8-11 intentos y finalizando con 18 puntos y cinco asistencias.

Por último, los Lakers también tuvieron el regreso a la pista de Wayne Ellington, a quien Scott envió a la duela con el marcador ya definido. El entrenador aprovechó para darle un poco de rodaje al escolta, que había estado alejado del equipo luego del fallecimiento de su padre. Ellington terminó con ocho puntos en 3-6 de cancha, y sin dudas será una pieza fundamental para el equipo una vez que recupere su forma basquetbolística.

Por lo pronto los Lakers regresarán a las prácticas este sábado, con miras al partido del domingo ante Denver Nuggets en STAPLES Center.