ONTARIO – Sin Kobe Bryant, la atención se la robó un novato.
El marcador dirá que Los Angeles Lakers derrotaron a Portland Trail Blazers por 94-86 con una muy buen actuación de todo el equipo, pero al tratarse de un juego de pretemporada los reflectores apuntaron a otro lado.
El miércoles los honores se los llevó un Julius Randle que está yendo de menor a mayor en esta serie de partidos amistosos, y que cuando logra mantener su nivel como lo hizo en el último periodo de este juego, logra hacer ilusionar hasta a los más cautos.
El ala-pivot texano tiene momentos en los que se convierte en una fuerza imparable, y el miércoles eso se tradujo en 17 puntos y ocho rebotes desde la banca.
“Pareció como que entendía lo que estaba sucediendo”, dijo Byron Scott. “Con él, cada juego se le hará más lento. Su primer partido era a 120 millas por hora, y ahora está como en 90. Si lo podemos bajar a 40 o 50 tendremos un jugador bastante bueno”.
El entrenador había señalado en los primeros partidos que Randle parecía perdido por momentos, pero nada de eso sucedió ante Portland. El delantero jugó con una intensidad pocas veces vista, y puso en disposición la amplia gama de talentos con los que cuenta.
Por pasajes se lo ve capturando rebotes en tráfico, y de repente está dirigiendo un contragolpe a máxima velocidad que le saca el aliento a la mayoría de los presentes. Compararlo con un tren a todo vapor y los frenos rotos no está lejos de la realidad.
Pese a eso, Randle opinó que su actuación no se debió a ningún factor en particular.
“Son los mismos tiros que tuve ayer, solo que ayer los fallé”, señaló en referencia al juego ante Phoenix Suns. “Trabajé demasiado duro y le puse demasiado trabajo, y no lo voy a abandonar”.
Su versátil repertorio incluye esos contragolpes de costa a costa, un bastante refinado juego en el poste bajo, y un tiro de media distancia que, cuando es ejecutado en el flujo de la ofensiva, puede ser letal.
Y al parecer, esa variedad la tiene desde siempre:
Con tanto talento, su futuro depende solamente del esfuerzo.
“Creo que el chico nunca ha tenido que jugar duro”, opinó Scott. “No creo que haya tenido que jugar así de fuerte como este año. Cada juego está mejorando y esa es la impresión que uno quiere. Todos tendemos a olvidarnos de que tiene solo 19 años”.
Jeremy Lin también mencionó su edad y aclaró que tiene los ingredientes para ser alguien especial.
“Ha mostrado flashes de tanto potencial y si continúa trabajando, con el tiempo será un gran jugador”, avisó. “Se puede ver ahora que a tan temprana edad tenga ese impacto en el juego”.
Otro de los maravillados fue Ronnie Price, quien advirtió al mundo sobre el tipo de talento con el que están lidiando.
“Es un chico hambriento, muy dotado y habilidoso”, apuntó. “No hay límites sobre lo bueno que puede ser, siempre y cuando continúe trabajando. Da miedo lo bueno que podría ser”.
En cuanto a eso, Scott y Bryant están constantemente empujándolo a superarse.
“Kobe y yo tuvimos una charla con él al mismo tiempo y le dije que mientras estemos encima de él eso quiere decir que nos importa y que lo amamos”, contó Scott. “Cuando paremos de hablar con él es cuando tendrá que preocuparse”.
Randle reconoció que debe rendirle cuentas en todo momento a su timonel.
“No sé sobre otros entrenadores pero Scott definitivamente hace que sus novatos se hagan responsables de lo bueno y lo malo”, señaló.
La estrategia parece estar funcionando y Randle está floreciendo ante los ojos de todos.
“Cada juego me siento más cómodo”, reconoció. “Es cuestión de prepararme mentalmente para hacer el trabajo, comenzando defensivamente”.