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Luz verde para Caldwell-Pope y Stephenson

EL SEGUNDO – Alguien tenía que aparecer.

La victoria navideña ante Golden State dejó a los Lakers sin dos de sus principales figuras. LeBron James y Rajon Rondo no solo son las voces cantantes del vestuario y los dueños de la pelota en la ofensiva de Luke Walton, sino que también acaparan una gran cantidad de minutos y tiros en la rotación.

Es por eso que, ante la emergencia de tener que suplir su producción de la noche a la mañana, los Lakers necesitan que otros jugadores digan presente y eleven sus contribuciones al servicio del equipo.

El mayor protagonismo de Brandon Ingram (17.2 tiros a canasta en los últimos cinco juegos) era de esperarse, con el entrenador confiando en su visión de juego y capacidad de penetración para encontrar ese siempre complicado equilibrio entre pasar y anotar.

Sin embargo, han sido dos veteranos – Kentavious Caldwell-Pope y Lance Stephenson – los que han levantado la mano para darle a los angelinos una inyección anímica…y también estadística.

El ex Detroit atravesaba una campaña llena de vaivenes, con minutos que fluctuaron según el rendimiento de los jugadores delante suyo en la rotación.

Su ojo clínico en la línea de tiros libres (89.2 por ciento) le fue permitiendo ganarse un lugar al final de los partidos, y a partir de diciembre, con el regreso triunfal de su puntería exterior, el escolta se volvió a ganar un cupo.

Su 40.8 por ciento en triples en 5.1 intentos en diciembre confirmaron que calentó la muñeca, y los 17 triples combinados en los últimos cuatro juegos hablan de un jugador que ya es indispensable para ganar partidos en tiempos de soldados caídos.

“Es mantenerme agresivo, mantenerme en buen ritmo, y tomar mis tiros cuando estoy abierto”, resumió. “No estoy forzando nada”.

Caldwell-Pope complementa eso con un poquito de todo. El producto de la Universidad de Georgia es una de las mayores amenazas del equipo en las líneas de pase (dos robos ante Sacramento y OKC). Ante los Knicks el viernes, KCP también aportó seis rebotes y tres asistencias.

Su energía sirve para contagiar a sus compañeros, y su confianza a la hora de disparar lo convierte en un blanco en el perímetro para sus compañeros.

Y si hablamos de energía y confianza, también hablamos de “Born Ready”.

El viernes por la noche, en el marco de un vestuario cabizbajo tras sufrir la cuarta derrota en cinco partidos, Stephenson opinó que él tiene que cargarse el equipo al hombro.

“Debo ser yo”, aseguró. “Tengo que mejorar. Tengo que involucrar a mis compañeros. Debo ponerme la presión de hacer que mis compañeros hagan un mejor trabajo”.

El ex Indiana repartió siete asistencias ante los Knicks, algunas de gran calidad.

Stephenson es otro de los jugadores que ha visto su rol cambiar rotundamente semana a semana, pero el veterano no ha dejado que eso afecte su juego.

Todo lo contrario, ya que el oriundo de Brooklyn se encuentra esta temporada disparando 38.8 por ciento en triples – la mejor marca de su carrera.

La falta de liderazgo en cancha – con James y Rondo en la banca vestidos de civil – fue tema de conversación post-Knicks, y Walton no lo esquivó. El entrenador dijo que debe haber más comunicación, sobre lo bueno y lo malo que pasa en el transcurso de un partido, pero que eso es algo que llega con la edad.

A sus 28 años, en su novena temporada y con su séptima camiseta, Stephenson se siente preparado para el reto.

“Debo ser el veterano, el líder, y encender a mis compañeros para que podamos ganar estos partidos”, agregó.

Con Kyle Kuzma en duda para los partidos ante Minnesota y Dallas en esta gira de carretera, los Lakers lo necesitan. Y a Caldwell-Pope. A todos, en realidad, para volver a la senda del triunfo.