A los 20, la carrera de Derrick Rose no ha hecho mas que comenzar

Bulls.com en Espanol

Para Brenda Rose, es maravilloso que nombraran a su hijo más joven, Derrick, Rookie del Año 2009 de la NBA.

“Les dije a todos, ‘id a por vuestro sueño'”, Brenda explicó, secándose las lágrimas mientras el estelar base de los Bulls recibía el trofeo en el hotel Renaissance el miércoles, después del entrenamiento del equipo. “'Si éste es tu sueño, ve a por él'. Y ahora es Novato del Año. No me lo podía imaginar. Pero aquí está. Su sueño se hizo realidad. Él dijo siempre, ‘voy a jugar en la NBA. Voy a jugar en la NBA'. Ahora está aquí y lo está gozando. Yo gozo y estoy orgullosa por él”.

Era una escena de familia maravillosa para la familia de Rose, con los tres hermanos de Rose allí, y la familia de los Bulls, formada por el director general John Paxson, el técnico Vinny Del Negro y los aficionados.

Porque éste era el primer reconocimiento oficial –el no oficial fueron probablemente los 36 puntos en el primer partido de la serie de Playoffs contra Boston- de que los Bulls tienen una estrella capaz de conducirles hacia un campeonato.

Hemos visto a Rose durante toda una temporada, y sabemos que puede ser una estrella del baloncesto.

Pero con esta designación oficial como Novato del Año 2008-09 de la NBA, con el 93 por ciento de los votos por el primer lugar, y con el juego de Rose y los Bulls contra los Celtics, está quedando claro los Bulls finalmente están construyendo la base de un nuevo equipo campeón.

Nadie se atreve a decirlo. Pero esto parece el comienzo de una nueva historia baloncestística en Chicago. Digno de ver.

Más de la mitad de los jugadores que han ganado el trofeo al Novato del Año están en el Salón de la Fama. Los Bulls tienen uno en Michael Jordan. Elton Brand compartió el galardón con Steve Francis en 2000. Los dos últimos no ingresarán. Pero 17 de esos que se llevaron el Novato del Año han formado en equipos campeones.

Creo que Rose tiene posibilidades de unirse a ellos.

No solamente debido a su juego, sino por cómo ve el juego.

No es como Jordan con esa maniaca, insaciable y casi enojada competitividad que vemos también ahora en Kobe Bryant.

Rose es diferente, aunque quizás perfecto para su posición, un atleta humilde pero determinado, de naturaleza generosa e ilimitado deseo por el éxito.

Ejercí de Helen Thomas en la rueda de prensa del miércoles. La veterana corresponsal que realiza siempre la primera pregunta. Asumo que porque cree que cualquier cosa podría suceder antes del final de la sesión.

Así que le pregunté a Rose sobre cuál fue el mejor momento de la temporada, su ‘highlight’ personal.

Esperaba un tiro ganador como respuesta, o un dribbling cruzado, bloqueo o gran partido anotador.

Rose contestó que fue cuando Ben Gordon convirtió un tiro clave contra los Clippers.

Si no lo recuerdan, ese fue un momento de rampa mental de Eric Gordon en diciembre, al cometer personal sobre un triple agónico de Gordon que forzó el tiempo suplementario y los Bulls ganaron.

“El partido que realmente destaca en mi mente fue el más loco que haya visto jamás. Ben metió ese tiro cuando jugamos contra Los Clippers”, dijo Rose. “Ese partido me enseñó que un partido de la NBA nunca está decidido. Pensé que el partido había acabado. Creo que nuestros seguidores pensaron que había acabado. Pero la gente que estaba en la cancha conmigo, mis veteranos, no dejaron que se escapara el resultado el partido”.

Así que inquirí por el peor momento. Alguna pérdida de balón o tiro malo, sin duda.

Fue en enero cuando los Bulls enlazaron su peor racha de la temporada de cinco derrotas seguidas, para su peor balance, 18-27.

“Eso fue duro”, dijo Rose. “No estaba acostumbrado a ello. Hablé con Kirk (Hinrich) y todos ellos. Sólo para ver qué podíamos hacer para salir de allí. De algún modo, encontramos una manera de salir de allí”.

Ven, esto es algo que convierte a un jugador en especial y que no puede enseñarse o entrenarse.

Rose ha venido para ganar y hacer lo que sea necesario para el éxito del equipo. Es raro cuando aparece un jugador de esa extirpe y, cuando llega, no importa la forma, llegan también las oportunidades. Fue la brillantez del anterior director general Jerry Krause, al reconocer ese pedigrí en Jordan y rodearlo de las piezas justas, lo que condujo a la gloria de Chicago.

Paxson así lo acentuó en la rueda de prensa.

“Esto significa que, de aquí en adelante, tenemos al individuo sobre el que construir alrededor”, dijo Paxson.

Ello no significa que Rose esté carente de ego. Todos lo tenemos y los grandes lo necesitan.

Rose admitió, tras negarlo apropiadamente toda la campaña, que deseaba ganar el trofeo.

Así debería ser y me alegro de que se sienta de esa manera.

“Cuando empecé la temporada, lo más grande era conseguir este trofeo”, concedió Rose. “Os dije a todos que no me importaba. Pero cuando uno entra en la liga quiere ese galardón. Hubo mucho talento allí afuera contra el que me tuve que enfrentar y muchos que eran buenos. Creo que lo que me llevó a ganar el trofeo fue el jugar duro cada noche, jugar agresivo y jugar mi tipo de juego”.

“Cuando uno comienza la temporada, ésta es la única cosa que realmente le preocupa como novato”, Rose dijo. “Quieres hacerlo bien. El premio significa mucho. Miras a gente que lo consiguió. Kevin Durant, LeBron James. Deseas pertenecer a esa categoría cuando hablan de jugadores”.

Rose fue nombrado primero en 111 de las 120 papeletas. O.J. Mayo fue segundo y tuvo cinco votos para el primer lugar. Brook López fue tercero y Russell Westbrook cuarto y ambos tuvieron dos votos de primer puesto.

Resulta difícil de imaginar, realmente, a cualquier otro jugador capaz de arañarle un primer voto después de la temporada realizada por Rose y siendo el único de los seis primeros clasificado para los Playoffs. Y como base del equipo. Nombraron a Rose en cada papeleta, aunque el hecho de que cuatro votantes lo seleccionaran como tercero refuerza el debate sobre la conveniencia de que voten los periodistas.

Rose, mientras tanto, parecía tan divertido y relajado como se le haya podido constatar durante la campaña alrededor de los medios informativos. Siempre es cooperativo y accesible, pero generalmente breve en sus respuestas y un poco reservado.

Previsto o no, Rose se divirtió y contó una bonita historia sobre sus tareas de novato, que incluían comprar los donuts para los compañeros de equipo previo a los entrenamientos.

“Al principio traía los donuts cada día”, explicó Rose. “Algunos días llegaba a entrenar un poco tarde así que no los llevaba. Falté como tres días seguidos antes del viaje a la Costa Oeste. Dijeron: ‘te lo quitaremos de tus dietas.' Ése era demasiado dinero perdido. Voy a traer los donuts. Vuelvo a estar al día”.

Le ayudó a ello, según Rose, el vivir en el somnoliento suburbio de Deerfield.

“Es cómodo (jugar en casa)”, dijo sobre el hecho de ejercer de primera selección del Draft en su ciudad natal. “La ciudad puede consumirte. Lo que realmente me ayudó fue vivir fuera en Deerfield, mientras que en Chicago hay muchas tentaciones. Si se sale cada noche, en Chicago siempre se encuentra algo. Pero en Deerfield realmente no hay nada que hacer, así que es perfecto. Miro películas, juego los partidos, como, me voy a dormir y eso es todo”.

No es la campaña de promoción para la Cámara de Comercio de Deerfield.

“Siendo la primera selección, hay mucha presión encima, viniendo especialmente de tu ciudad natal”, reconoció Rose. “Todos te miran para ver si justificarás esa primera selección. Yo sólo quise salir cada noche y jugar duro para conseguir el respeto a base de triunfos”.

No me sentiría bien si no ganar partidos (y ganara el premio). A este nivel es diferente. Viene gente con las familias, gente que es más vieja que tú, de 30 años y así..”.

Sí, él es un bebé, y nos olvidamos de ello.

Es otra de las razones por las que el futuro parece tan brillante para los Bulls.

Rose es todavía sólo un chaval que está aprendiendo el juego. Si es así de bueno a los 20, aún le queda mucho por crecer.

Es talentoso, pero desea aprender y trabajar. Todo gira entorno al baloncesto y conseguir mejorar. No corretear gastando dinero y demostrando que se es especial. Le importa su pasión por el juego, un juego se juega mejor en equipo y con alguien que crea en ese concepto. Y tiene el talento y la actitud para hacer que la cosa funcione.

“Empezó cuando era un chaval”, dijo Rose sobre su actitud. “Mi mamá solía decir siempre, ‘tú no eres mayor que cualquiera, así que no mires a la gente de esa forma’. Sé si digo algo del estilo ‘yo soy el hombre, oh, blah, blah, blah…', mi familia me abroncará o mis hermanos, si están cerca, me golpearan. No deseo pasar por ese dolor”.

El chico te hace sonreír dentro y fuera de la cancha.

A Brenda se le iban los ojos contemplando a su niño.

“Siempre ha sido un buen chico”, dijo. “Ningún apuro. Al principio me preocupé (sobre la vida en la NBA). Pero conocía la personalidad de Derrick. Sabía como actuaría. Él sabía que también me representaba. Siempre fue callado. Nos sentábamos a ver películas. Siempre ha estado rodeado de gente mayor, como sus tíos. Yo bromeaba que tenía alma de viejo. Creo que eso le ayuda, el hecho de que pueda sentarse a hablar con gente mayor porque está acostumbrado a moverse alrededor suyo. Sus abuelas lo mimaron mucho, también”.

“Siempre le dije, ‘tú no eres más grande que cualquiera. Trata a la gente como te gustaría que te trataran a ti’. Se le quedó en la cabeza”, agregó Brenda. “No sabía lo bueno que era hasta que llegó a la secundaria. Cuando lo vi en la universidad me impactó lo rápido que podía moverse por la cancha”.

Y ahora Rose está comenzando una carrera en la NBA que podría ser memorable.