Por Miguel Ángel Martín
Colaborador de Timberwolves.com
Ya se acerca el momento en el que comenzará la temporada del nuevo amanecer en la historia de los Minnesota Timberwolves. Una temporada que marcará sin duda un punto de inflexión importante en el devenir de los acontecimientos para nuestra organización, respecto de los últimos años, en los que hemos estado alejados de los playoffs.
No hay bola de cristal para saber cuando será el momento en que esa mala racha se romperá, pero lo que es seguro es que ahora las cosas se miran de un modo distinto en Minnesota. Se miran con optimismo a pesar de haber traspasado al buque insignia de la organización en los últimos tiempos. Pero es que el talento joven que en su lugar ha llegado es muy importante y realmente parece que Minnesota ha salido ganando en el cambio. Al menos los fans de los Lobos así lo demuestran, batiendo records de abonados tras conocerse el cambio de Love por Wiggins y Bennett y las llegadas de LaVine y Young.
La más de una década de espera puede que tenga sus horas contadas, pero si sabemos que el espectáculo ya ha llegado a Minnesota. Wiggins es el estandarte de estos nuevos Lobos que afrontan nueva era, sin tristeza. En esta ocasión la palabra reconstrucción no duele y se tendrá paciencia con un jugador joven del talento de Wiggins, que habrá de demostrar que ya está listo para poder brindar la ayuda necesaria a los Lobos para llevarnos a la tierra prometida en un corto espacio de tiempo.
Otro reciente número uno, adornará la cancha de los Lobos en la próxima campaña, siendo Bennett una de los grandes atractivos de la temporada, ya que viene de un mal año y tiene muchas ganas de demostrar su verdadero potencial en un equipo en el que tendrá recorrido y paciencia.
Wiggins y Bennet no serán los únicos atractivos de la temporada, ya que la imagen de la nueva era la adornan otras dos nuevas incorporaciones, de las que se espera mucho. Zach LaVine habrá de tener el mismo crédito y paciencia, que en los casos de Wiggins y Bennett. Es rookie y necesita tiempo para poder desarrollar todo su potencial dentro de la liga. Young por su parte llega a Minnesota para brindar al equipo la veteranía y experiencia que el equipo necesita, con tanto joven talento dentro del vestuario de los Lobos. Su llegada se antojaba fundamental para equilibrar a un equipo que sin duda tratará de ser competitivo desde el principio, pero que no tendrá la presión de ganar, en esta primera temporada de la reconstrucción.
No solo Young brindará veteranía al vestuario. Otros viejos conocidos de la afición estarán de nuevo sobre la cancha de los Timberwolves para tratar de remontar el vuelo y lograr seguir con la progresión de victorias que los Lobos han tenido en las últimas temporadas.
En la dirección del juego nos encontraremos de nuevo a Rubio y Barea; acompañándoles nos encontraremos de nuevo a Martin y Brewer y cerca del aro volveremos a ver a Pekovic y Turiaf.
Mención a parte merecen Mo Williams y Gorgui Dieng. Un contrapunto interesante entre un veterano que llega nuevo al equipo y un joven con ganas de consolidarse en la liga y ganarse más galones dentro de los Lobos. Ambos serán también piezas importantes del equipo, de cara a lo habremos de afrontar a partir de finales de octubre, con la llegada de la temporada regular.
Hasta entonces tendremos tiempo de analizar más detalladamente los integrantes de este ilusionante equipo que tratará de brindar juego y éxitos a los Lobos.
Un nuevo baloncestístico comienza y con él surgen de nuevo las ilusiones y las esperanzas de ver algo grande. Este año habrá que tener paciencia, pero el optimismo tiene buenas razones para abrirse paso entre los seguidores de Minnesota.
Hasta pronto desde España.