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Unos Lakers diezmados caen ajustadamente ante Warriors

LOS ÁNGELES – Una derrota vendida cara.

Eso fue lo que sucedió el miércoles por la noche en Oakland, en el que a priori era el partido más adverso de la temporada – por un sinfín de razones.

Por si enfrentar al campeón defensor con Kevin Durant a la cabeza en su propio recinto no era suficiente, los Lakers lo hicieron con una rotación inédita y prácticamente vacía en el perímetro 24 horas después de un partido emotivo ante los Denver Nuggets.

A las lesiones de Josh Hart y Brandon Ingram se sumó la de Kyle Kuzma, quien se esguinzó el tobillo derecho y no pudo ser de la partida, obligando a Luke Walton una vez más a reconfigurar su alineación.

El ingreso de Isaiah Thomas al quinteto titular, con Kentavious Caldwell-Pope pasando a jugar de alero, dejó al banquillo huérfano de poder anotador, e hizo que el entrenador tuviera que recurrir a jugadores como Alex Caruso, Tyler Ennis, Derrick Williams y Travis Wear más de lo que está acostumbrado.

El resultado, dadas las circunstancias, fue honrado, con los Lakers llegando al descanso empatados y manteniéndose a alrededor de 10 puntos durante casi toda la segunda mitad.

Para ello fue clave nuevamente el aporte de Julius Randle y Brook Lopez, que volvieron a jugar muchos minutos.

El ala-pivot se fue expulsado por faltas en el último periodo tras conseguir 22 puntos y 10 rebotes, aunque acusó el cansancio dejando escapar un puñado de tableros que le dieron a los Warriors las posesiones extras necesarias para no sufrir en el cierre del cotejo.

Lopez tuvo 20 con seis rebotes y cinco tapones, conectando un par de triples en una noche en la que a los Lakers no los salvó ni siquiera su reciente puntería exterior.

Fue así que con el correr de la segunda mitad el equipo se fue diluyendo, pero se dejaron señales positivas aún en la derrota.

Los laguneros fallaron 10 tiros libres en un partido que se perdió por 11 puntos, y en el que se permitieron 11 rebotes ofensivos al rival. Golden State también dominó la batalla de los rebotes (50-33), algo que les permitió superar el hecho de que sus 22 pérdidas fueron aprovechadas por los Lakers para anotar 29 puntos.

Los angelinos tampoco tuvieron grandes picos de rendimientos, con Lonzo Ball repartiendo 11 asistencias pero disparando 3/11 de cancha.

Thomas aportó 20 puntos y repartió siete asistencias, mientras que Tyler Ennis agregó otros 12 – la mayoría con el partido definido.

De esa manera llegó la derrota No. 37 de la temporada, una que no debería ser vista como una victoria moral, pero que si deja la sensación de que el equipo no se escondió detrás de ninguna excusa, dando su mejor esfuerzo ante un rival simplemente superior.